miércoles, 11 de julio de 2012


Llega implacable y se sienta.

Creo que no sabe que hay un suelo debajo de sus pies, jamás la he visto mirar abajo.
Con el cuello muy estirado y las piernas cruzadas, permanece estática y en silencio.
A cada "tic" del reloj arquea un poco más las cejas.
Por un momento pienso que se le van a salir de la frente.
Me mira como si fuese un trapo sucio y arrugado tirado casualmente en la silla que tiene frente a si, y que enturbia la perfectamente elegida y cara decoración del lugar.
Leo su nombre escrito en una chapa dorada que ha colgado de su bata blanca.
Detrás de ella un esqueleto de plástico al que le falta un brazo se rie de la situación conmigo.
Veo montones de pastillas y agujas a través de los cristales de los armaritos en la pared.
"¿hoy tampoco emitimos sonido alguno, eh?" dice con superioridad.
Empieza a escribir con lápiz algo en su cuaderno.
Tiene un trabajo elegante, un gran sueldo, un coche caro, una casa enorme a las afueras, una casa en la playa, y tiempo libre.
Yo le sirvo para recordarle todo eso, por el contraste.
El problema es que también le recuerdo que tiene ya cuarenta y tantos.
Levanta la mirada, me taladra con esos diminutos ojos verdes y vuelve a escribir.
De pronto oigo un "click" y el sonido del lápiz cesa.
Una arruga escapa de su quirúrgicamente estirada frente y se coloca en su entrecejo.
Resopla con ira reprimida.
Clava su mirada en mi, mientras se estira para alcanzar un sacapuntas.
Sin previo aviso, uno de los tornillos de la cómoda silla sobre la que se asienta su amargado culo, sale disparado y la silla se desmonta, haciendo caer a la psicóloga estrepitosamente contra el suelo, dejandome al descubierto unas bragas de mercadillo estampadas de líneas que antaño debieron ser azules y rosas.
La imagen es tan grotesca que soy incapaz de articular risa alguna.
Rápidamente se levanta y se arregla la falda compulsivamente.
Con las greñas por la cara grita ofendida "¿ahora sí tienes algo que decir?!"
Sonrío.
"La próxima vez debería usted utilizar un bolígrafo."

3 comentarios:

  1. Eso es exactamente lo que ojalá hubiera tenido valor para decir cuando estuve en tratamiento. Tanto si es realidad como ficción o ficción novelada, me encanta.
    Vente pa' Madrid, rubia.
    Un beso

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  2. Me encanta como lo relatas, es como si lo hubiera visto también lol!

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  3. "u amargado culo" Hahahhahahahahahahahahaha me encanto

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escupe.