lunes, 24 de noviembre de 2014

Te has destrozado. 

Incluso con un banquete de tus platos favoritos delante eres incapaz.
Incluso con todas las intenciones y el hambre del mundo, es que no puedes.
La simple acción de masticar ya te produce náuseas, rechazo, asco. 
Aunque te lo quieras tragar tu cuerpo no te deja, escupes. 

Sabes que te sentaría bien. 
Que dejaría de dolerte el estómago un rato. 
Que tendrías fuerzas renovadas para levantarte y hacer algo. 
Que dormirías del tirón una noche entera y dejarías de temblar.

Ayunas y ayunas...

Te pones enferma y en tres días pierdes  4.7 kgs.
Y aún vas, y te alegras, como si fuera la gran cosa. 
Aunque no puedas ni levantarte, sonries. 

Te consigues meter una triste sopa en el cuerpo cuando ya no puedes más.
Y quince minutos después la culpa es tan grande que vas, y vomitas. 
Entonces entras en colapso y pierdes el conocimiento. 

Despiertas desorientada y lo primero que haces es arrastrarte a la báscula. 
Si el resultado es bueno, te dejas caer en algún rincón, satisfecha. 
Te pones a fantasear con que mañana serán 5 kgs.
Y pasado 6, y al otro 6,5....cada vez menos.

Y para cuando salgas del baño pesarás 0.
Porque estarás muerta. 


4 comentarios:

  1. unas palabras con bastante crudeza... y un duro auto-maltrato.

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  2. Que dura erea sabes quetu cuerpo algo de comida necesita, aunque solo sea para tener energia.
    Trata de comer un poco para que ademas asi puedas seguir bajando sin estancarte.
    Muchos besos!!

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  3. es una cuestión de querer perderse.
    Excitante droga me hace sentir poderosa sangras ácido por sangre, si termina con tu muerte mejor más drama, es tu obra maestra al fin y al cabo.
    si puedes mantenerte en pie luego de meses sin comer ,eres capaz de todo, excepto de ser.

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escupe.