domingo, 24 de mayo de 2015

Hay en este ir dejando que transcurra
la vida sin dar fruto, en esta voluntaria
renuncia a hacer en la que tantas veces
me mantengo y que no tiene, en mi caso,
ninguna relación con la pereza,
ni con el yermo escepticismo, ni
con esa sequedad del corazón que a muchos,
a mi edad, para siempre les niega la palabra,
hay en este abstenerse deliberado, acaso,
no sé, como un extraño amor por el peligro,
como un oscuro afán irreprimible
de tentar a la suerte andando por el borde
de un abismo espantoso. En ocasiones, pasan
largos meses enteros en los que nada escribo,
en que me opongo inexplicablemente
a cumplir el deber que justifica
mi existir. Y me digo: "Hace ya muchos años
que dejé de ser joven; va acortándose el tiempo
del que tal vez disponga para llevar a cabo
la labor aún pendiente: los poemas
que porfían y aspiran al aire y a la luz
y que sin forma habitan en las sombras
de mi silencio. No hay mayor tristeza
que la de aquello que queriendo alzarse
con crece y se transforma en flor, en vida
que se afirma y que canta". Sin embargo, persisto
en la inactividad, mirando, absorto,
lleno de culpa y de desasosiego,
al fondo del abismo: la nada que desdice
mis viejas ilusiones, la fe que me sostuvo,
mi voluntad de ser frente a la muerte.

Eloy
Sanchez


Rosillo

2 comentarios:

  1. Querra alguien jugar a echar un pulso a la muerte cada vez que se aburre?
    Querran demostrar que no existen las vidas "predestinadas"?
    Querremos "comprobar" que se siente estando vivo de forma tangible?
    O sera que pensar es la llave de la puerta a la tragedia cotidiana?....Creo que la ultima frase es la mas certera para aclarar el asunto que plantea Eloy.
    Un saludo kiffi.

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escupe.