viernes, 15 de mayo de 2015

Me encuentro en la obligación de asistir a una macro-fiesta de cumpleaños próximamente.

Porque cuando tienes a alguien a 20 cm de tu cara diciéndote que vayas, dices que sí. 
Porque habla tan efusivamente del evento que no te da tiempo a improvisar una excusa factible.
Porque te está cogiendo la agenda y está marcándolo en su día, para que no se te olvide.

Porque no sabe nada de la persona que tiene delante.
Y si algo supiese, no me invitaría. 
Porque si me conociese sabría que no me interesa en absoluto su amistad ni la de nadie.
Que simplemente soy educada porque no nos queda otra que vernos a menudo,
pero que de no ser así ni siquiera le dirigiría la palabra.
Que de poder elegir no iría a su fiesta ruidosa y llena de gente aunque me pagasen.
Que preferiría arrancarme la piel de todo el cuerpo antes que participar de sus juegos sociales.
Que todos ellos me parecen escoria, sin excepción, y no quiero formar parte de esa mierda.

Pero no lo sabe, por eso insiste hasta el infinito y, como no quiero explicárselo, digo que si. 
Y llegará el día, y yo tendré una crisis de ansiedad frente al espejo. 
Lloraré durante media hora y me fumaré 30 porros para tranquilizarme.
Luego me meteré dentro de algún vestido negro
y me presentaré allí con una enorme sonrisa,
como si fuese un ser humano más, una de ellos.

Soy una hipócrita de cuidado. 


3 comentarios:

  1. Siempre pasa...enferma desde que te comunican que "tienes que ir a..." hasta al menos tres dias despues de haber asistido.
    No se tu...pero yo tengo la ansiedad a tope aunque solo sea por ir a por recetas al medico o quedar con alguien para tomar un cafe.En mi caso, el simple hecho de "tener que" salir con fecha y hora de citacion hace que incluso no duerma nada dos dias antes.
    Creo que es una especie de fobia a las obligaciones o imposiciones horarias y sociales establecidas...o yo que se...algo asi.

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escupe.