martes, 22 de enero de 2013





Aprende.
Y deja de comer.
Y de llorar.
Y levanta de una jodida vez
tu enorme culo obeso 
y llévalo al loquero más cercano. 



3 comentarios:

  1. Eso mismo me digo todos los días y lo hago todo menos ir al loquero.

    Fuerza!

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  2. Llega un punto en el que la auto-compasión/auto-lamentación cansa. Y ahí es donde dices, ey! ¿dónde está mi voluntad? Si llorando no se solucionan las cosas, más vale levantarte y cambiarlas. Aunque es cierto que es bueno llorar, desahogarse.

    Mucha suerte, te seguiré leyendo. Espero que cumplas tus propósitos con determinación porque eso será lo que te guie a la satisfacción y tal vez (sólo tal vez) a la felicidad.

    Un beso

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escupe.