Su nombre era Robert Paulson. 

Su nombre era Robert Paulson.

Su nombre era Robert Paulson.

¿Recuerdas aquel chico del que te hablé...
que no sabia decirte si era mi amigo (porque yo no tengo amigos)?
Ya no existe. 
Es curioso como nos vamos viendo morir uno-detrás-de-otro.
Creo, (creer es algo muy feo). 
Sospecho que tengo tendencia a rodearme de suicidas.

Es de mala educación 

hablar con la cabeza vacía.

Hace varios días que no puedo mirarme al espejo.
El deformado monstruo asesino que hay al otro lado no deja de gritarme:

"Muere, insecto."

Si no le he hecho caso aún es porque tengo la sensación 
de que si me dejo llevar le haré un favor al mundo.

Y sinceramente,
que se joda el mundo. 
Antes muerta que hacer algo bueno por este despreciable planeta.

(Ahí está otra vez la jodida ironía 
que me lleva aceleradamente a la psicosis...)

Debería colgar una foto mía aquí, 
por si acaso algún día aparezco en los periódicos
como el imperioso estallido de la industria asesina.
Para que me reconocieseis... 
pero no.

Mis fotos también me gritan que me muera.
Es bastante frustante, la verdad.

- Doctor, ¿qué tal estoy...?

- Pues verá, ¿ha escuchado alguna vez

el dicho ese de..."lo que no mata engorda"?

- Sí, por supuesto.

- Pues ha debido de comer usted

algo que no engorda.

Las mentes grandes hablan de ideas.

Las mentes medianas hablan de hechos.

Las mentes pequeñas hablan de sucesos,

y las mentes pobres hablan de los demás.

¿Qué tiene ocho patas...

tendencias autodestructivas,

trastorno de ansiedad social,

y no puede vivir sin marihuana?

Yo, 

lo de las ochos patas era para despistar.