Resolver el siguiente enigma develará
el terrible secreto que se esconde tras el universo,
suponiendo que no os volváis locos:
Digamos que tenéis un hacha, una barata.
Un frío día de invierno, la usáis para decapitar a un hombre.
No os preocupéis, ya estaba muerto.
O quizá si deberíais preocuparos porque vosotros le disparasteis.
Era un tipo grande, con las venas marcadas sobre sus enormes bíceps
y el tatuaje de una esvástica en la lengua.
Y le estáis cortando la cabeza porque
incluso con ocho agujeros de bala pensáis que va a levantarse
para comerse vuestra mirada de terror a bocados.
Ahora tenéis un hacha rota, así que, vais a la ferretería
y explicáis que las manchas rojizas del mango son de salsa barbacoa.
El hacha reparada descansa en vuestra casa hasta la primavera siguiente,
cuando una mañana lluviosa la cogéis para cortar esa cosa alienígena* en varios trozos.
Sin embargo, en el último golpe, la hoja vuelve a romperse
y tenéis que hacer otro viaje a la ferretería.
Pero cuando volvéis a casa con vuestro hacha recién arreglada (por segunda vez)
os encontráis el cuerpo del tío al que decapitasteis el año pasado,
con una nueva cabeza cosida con una especie de cable de plástico,
y con esa expresión de resentimiento en plan
"tu eres el que me mató el invierno pasado"
que uno no suele encontrarse todos los días.
Así que, empuñáis vuestra hacha.
El tipo te señala y gime "es el hacha que me decapitó..."
¿Tendrá razón?
John muere al final.
2012
.-.
ResponderEliminar._.
.-.
Vale.
Me rompiste la cabeza x)
-Entonces he hecho algo bien.
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