viernes, 25 de agosto de 2017

Empiezo a ser consciente de cómo
mi humilde (y escasa) existencia 
se encuentra sujeta a un abrumador torbellino 
de sucesos interdependientes.
Sucesos que explotan en completa sinergia, 
que iluminan el todo y engrandecen 
la inapreciable suma de sus partes.

Como dijo Aristóteles, 
como resume la metafísica, 
mucho más claramente de lo que jamás soñé entender. 

Y giro en éste remolino absorta
por el holístico espectáculo del Universo,
maravillada por la excentricidad de la lógica,
colapsando sentidos que desconocía tener.

Quizá no exista un fondo que tocar,
tan sólo... la decadencia infinita,
aunque reconozco que orquestada 
de un modo magistral
mientras sigo descendiendo brutalmente
por éste apestoso sumidero de humanidad. 





Tranquilo, 
sólo soy yo 
desapareciendo.