A veces abandono la poesía
y me dejo arrastrar por la crudeza banal
de la percepción de la realidad sin filtros.
Salto de un enfoque a otro,
me aferro a alguno demasiado tiempo
o trato de abarcar demasiados,
porque existen demasiados.
- están ahí, yo los percibo -
Pero soy incapaz de ordenarlos
y acabo perdida entre las perspectivas.
Ya sabes,
buscando el punto de fuga.
Más allá del horizonte de sucesos.
A veces es la poesía la que me abandona.
Y entonces no me parece más
que un vulgar y barato maquillaje de realidad.
Rechazo la belleza.
Y con ella la poesía,
y me da igual.
Solo me dejaré llevar
por el vacío.