Charla distendida con mi colega el flaco.
En algún punto de la conversación, me cuenta lo contento que está porque finalmente subió de 64kgs, celebrando que con mucho esfuerzo está consiguiendo engordar un poco y se ve mejor.
Me contagia por un momento su alegría por el tema, y se me ocurre compartir la mía:
Cuando le digo que yo por fin he bajado de 60kgs, pierdo el control de la conversación.
Se le tuerce la expresión y empieza a decirme escandalizado que medimos lo mismo, y que aunque él sea un hombre y yo una mujer, sigue siendo demasiado poco para mí estatura. Que lleva ya mucho tiempo pensando que estoy muy flaca, y que siempre ha pensado que tengo algo mal en mi cabeza con el tema. (lol).
Me echa la charla.
No se cómo me escabullí de eso.
Aquí sigo, esquivando balas que yo misma disparo, no puedo bajar la guardia ni un segundo.