No es el amor, es el hambre.
Aquí nadie habla de amor,
qué insustancial e irritante concepto.
No son las ganas, sino el resultado.
Es comer.
Es no comer.
Y vomitar o no hacerlo.
¿Que importa la cuestión?
Sólo mira el espacio que ocupas.
A mas grande menos valiosa.
Más repulsiva.
Miserable.
¿Amor?
A nadie aquí le importa esa mierda.
No te consumes en busca de apariencias
para encontrar amor.
Lo haces para encontrarte a ti.
Porque te pierdes.
Porque te pierden.
Y asumámoslo,
hay mucha mas hambre en el mundo
que amor.
Que se jodan los románticos
farsantes
ingenuos
bocachanclas
pueriles
ratas
del infierno.