No me puedo creer
que no haya reventado ya
bajo el peso de tanta inexistencia.
DESVANECIMIENTO...
Qué absurdo e insignificante momento.
Qué estúpida por haberle intimado tanta gloria a la nada.
Qué cantidad de vacío acumulado.
Tirada en el frío suelo del baño,
reconozco
que casi lo he convertido en un deporte.
Y soy consciente de todo lo que está mal en mí,
pero es que no quiero arreglarlo.
En mi destrucción,
en mi verdadera y perfecta aniquilación
soy invencible
porque soy indiferente.
pues nada...duro y a ello...aunque no se para que tanto esfuerzo y empeño en algo de lo que ya se.encarga la vida misma desde que nacemos...
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