domingo, 13 de julio de 2014




No me puedo creer
que no haya reventado ya
bajo el peso de tanta inexistencia.

DESVANECIMIENTO...

Qué absurdo e insignificante momento.
Qué estúpida por haberle intimado tanta gloria a la nada.
Qué cantidad de vacío acumulado.

Tirada en el frío suelo del baño, 
reconozco 
que casi lo he convertido en un deporte.

Y soy consciente de todo lo que está mal en mí,
pero es que no quiero arreglarlo.

En mi destrucción,
en mi verdadera y perfecta aniquilación
soy invencible
porque soy indiferente.





1 comentario:

  1. pues nada...duro y a ello...aunque no se para que tanto esfuerzo y empeño en algo de lo que ya se.encarga la vida misma desde que nacemos...

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escupe.