jueves, 30 de abril de 2015
martes, 28 de abril de 2015
viernes, 24 de abril de 2015
jueves, 23 de abril de 2015
martes, 21 de abril de 2015
lunes, 20 de abril de 2015
"El hombre que conoce la verdad está mas allá del bien y del mal. El hombre que conoce la verdad ha comprendido que la ilusión es la realidad única y que la sustancia es la gran impostora.[...]
A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos.
Hasta el momento las ciencias, cada una orientada en su propia dirección, nos han causado poco daño; pero algún día, la reconstrucción de conocimientos dispersos nos dará a conocer tan terribles panorámicas de la realidad, y lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella, que sólo podremos enloquecer como consecuencia de tal revelación, o huir de la mortífera luz hacia la paz y seguridad de una nueva era de tinieblas."
La llamada de Cthulhu
Lovecraft
domingo, 19 de abril de 2015
Mi plan:
(La teoría)
1- Me como toda esa comida a toda prisa como si no hubiese mañana.
2-Luego me encierro en el baño y lo vomito todo.
3-Una vez vomitado, me bebo dos litros de agua.
4-Me fumo un peta (o diez) para dormirme. (Dormida no como).
(La práctica)
1-Antes de llegar a la mitad ya no me cabe más comida.
2-Me lío un peta con la intención de seguir comiendo después de fumar.
(A más lleno el estómago, más fácil vaciarlo)
3-Antes de terminarme el peta ya me he quedado dormida.
(Cagada monumental).
Resultado:
- Retengo, ergo digiero, ergo engordo toda esa comida.
- Al día siguiente todo mi sistema digestivo grita de dolor.
- La ansiedad no sólo permanece, sino que va en aumento.
- Voces enfermizas recorriendo mis neuronas, susurrando que ayune un mes.
- Y poco a poco me voy desquiciando mientras mi masa corporal aumenta,
y los pocos instintos de vivir que me quedaban, mueren.
(Dame un plan que nunca falle,
que yo lo puedo hacer fallar...)
(La teoría)
1- Me como toda esa comida a toda prisa como si no hubiese mañana.
2-Luego me encierro en el baño y lo vomito todo.
3-Una vez vomitado, me bebo dos litros de agua.
4-Me fumo un peta (o diez) para dormirme. (Dormida no como).
(La práctica)
1-Antes de llegar a la mitad ya no me cabe más comida.
2-Me lío un peta con la intención de seguir comiendo después de fumar.
(A más lleno el estómago, más fácil vaciarlo)
3-Antes de terminarme el peta ya me he quedado dormida.
(Cagada monumental).
Resultado:
- Retengo, ergo digiero, ergo engordo toda esa comida.
- Al día siguiente todo mi sistema digestivo grita de dolor.
- La ansiedad no sólo permanece, sino que va en aumento.
- Voces enfermizas recorriendo mis neuronas, susurrando que ayune un mes.
- Y poco a poco me voy desquiciando mientras mi masa corporal aumenta,
y los pocos instintos de vivir que me quedaban, mueren.
(Dame un plan que nunca falle,
que yo lo puedo hacer fallar...)
miércoles, 15 de abril de 2015
martes, 14 de abril de 2015
No es que no tenga remedio.
Si yo estoy dispuesta a cambiar...
si cambia el mundo primero*.
Es el mundo el que no tiene solución
ni intención alguna de cambiar.
En la épica y eterna batalla por el dominio planetario
entre quienes alzan la bandera del optimismo
y quienes arrastran por los suelos la del pesimismo,
yo encabezo las filas del ejército más negativo.
¿Y qué? El equilibrio requiere de ambos extremos,
no se puede eliminar todo un espectro y esperar buenos resultados.
Pesimistas del mundo: nuestra existencia
(aunque breve a nivel individual)
es necesaria.
El trabajo de los optimistas es extender el optimismo,
y el nuestro es destruirlo y devastarlo.
Una guerra que estamos ganando, entonces,
¿quiénes se creen que son para juzgar si lo estamos haciendo mal?
¡Lo estamos haciendo de puta madre!
Son los optimistas los que no saben ni por donde empezar.
Que les critiquen a ellos,
con sus absurdos y vacíos argumentos utópicos.
Sois la comedia de lo ridículo.
lunes, 13 de abril de 2015
Gracias al universo,
para ser tatuadora no es necesario
firmar nada parecido a un juramento hipocrático.
Tarde de chonis, odio las tardes de chonis.
En plural, (porque aunque tatúes sólo a una
siempre llevan un séquito de sus semejantes con ellas).
Visualicemos la movida:
Cinco pavas detrás de mí, cotorreando incesantemente, haciéndose selfies,
invadiendo mi espacio personal y peor aún, mi espacio de trabajo.
Fumando, comiendo, bebiendo.
Peor, hablando con la jodida boca llena.
Cualquier atisbo de cultura o inteligencia extinto,
(creo que tenían faltas de ortografía hablando).
Revoloteando por todas partes y soltando exuberantes carcajadas,
pretendiendo en todo momento demostrar lo geniales que son ellas y sus vidas,
y para ello pretendiendo degradar y denigrar al resto de seres vivos presentes.
Ésas, esas son el tipo de persona que me fustigaba en el instituto,
y a los que eran como yo, o simplemente diferentes a ellas.
Mirando a todos por encima del hombro,
creyéndose dueñas de cuanto alcanzan a ver.
Pequeños y repugnantes granos de pus endiosados...
Soy profesional, la calidad de mi trabajo nadie puede discutirla.
Pero para alcanzar ese resultado óptimo puedo llevarte por muchos caminos.
-Puedo convertirte la experiencia en un paseo por la playa,
o en un jodido infierno tan atroz que jamás quieras volver a tatuarte.-
Gente, ¿no sabíais que los tatuadores son intocables y respetados en las cárceles...?
¿Por qué creéis que es...? No sólo podemos haceros sufrir como a perros,
podéis acabar con la polla más venosa y realista imaginable en la espalda.
Es un concepto primario muy simple; te interesa caerle bien a tu tatuador,
igual que a tu camarero si no quieres que escupa en tu plato.
- Por un segundo he sentido el placer de vengarme de todas las zorras de éste planeta
en el brazo de esa pobre ingenua creída.
Me encanta, adoro, amo mi trabajo.
para ser tatuadora no es necesario
firmar nada parecido a un juramento hipocrático.
Tarde de chonis, odio las tardes de chonis.
En plural, (porque aunque tatúes sólo a una
siempre llevan un séquito de sus semejantes con ellas).
Visualicemos la movida:
Cinco pavas detrás de mí, cotorreando incesantemente, haciéndose selfies,
invadiendo mi espacio personal y peor aún, mi espacio de trabajo.
Fumando, comiendo, bebiendo.
Peor, hablando con la jodida boca llena.
Cualquier atisbo de cultura o inteligencia extinto,
(creo que tenían faltas de ortografía hablando).
Revoloteando por todas partes y soltando exuberantes carcajadas,
pretendiendo en todo momento demostrar lo geniales que son ellas y sus vidas,
y para ello pretendiendo degradar y denigrar al resto de seres vivos presentes.
Ésas, esas son el tipo de persona que me fustigaba en el instituto,
y a los que eran como yo, o simplemente diferentes a ellas.
Mirando a todos por encima del hombro,
creyéndose dueñas de cuanto alcanzan a ver.
Pequeños y repugnantes granos de pus endiosados...
Soy profesional, la calidad de mi trabajo nadie puede discutirla.
Pero para alcanzar ese resultado óptimo puedo llevarte por muchos caminos.
-Puedo convertirte la experiencia en un paseo por la playa,
o en un jodido infierno tan atroz que jamás quieras volver a tatuarte.-
Gente, ¿no sabíais que los tatuadores son intocables y respetados en las cárceles...?
¿Por qué creéis que es...? No sólo podemos haceros sufrir como a perros,
podéis acabar con la polla más venosa y realista imaginable en la espalda.
Es un concepto primario muy simple; te interesa caerle bien a tu tatuador,
igual que a tu camarero si no quieres que escupa en tu plato.
- Por un segundo he sentido el placer de vengarme de todas las zorras de éste planeta
en el brazo de esa pobre ingenua creída.
Me encanta, adoro, amo mi trabajo.
sábado, 11 de abril de 2015
jueves, 9 de abril de 2015
Me pongo las zapatillas,
me lio un porro como un rascacielos
y le prendo fuego mientras bajo las escaleras.
Inhalo lentamente y lleno mis pulmones,
pongo la mano en el pomo de la puerta de la calle
y abro soltando una gigantesca nube blanca
que vuela hacia arriba entre los árboles
e impregna todo con mi fragancia favorita.
Doy un paso hacia afuera y...
¿qué veo?
Dos policías como dos armarios
en la mismísima puerta de mi edificio,
sentados en el capó del coche patrulla
exactamente a tres metros de mí,
clavándome la mirada seriamente.
Me congelo en el acto.
Piedra total.
(Pues qué te voy a contar,
mirándome los dos estupefactos
como si me estuviese fumando un porro gigante en sus caras...)
Noto como se me baja el color a los pies.
Como un conejo delante de los focos de un coche,
doy un paso atrás sin poder dejar de mirarlos
y cierro lentamente la puerta delante de mí,
porro todavía en la boca.
Vuelvo a subir las escaleras a toda prisa,
presa del pánico y pensando que ya dormía en el calabozo,
cuando escucho cotorrear a dos vecinas en el descansillo de arriba.
Pongo la oreja, con el corazón todavía en la garganta,
y entonces me entero de la verdadera movida.
Que el otro día llegó el novio de la del séptimo,
(una adolescente que acaba de ser madre)
y en plena locura total se encerró en el piso
y sin dejar entrar a nadie casi salta por el balcón
con el bebé en brazos.
Así que a partir de ahora
me toca saludar a los dos colegas maderos
cada vez que quiera salir a la calle
por los próximos seis meses.
Gracias al energúmeno insano,
no me puedo fumar un peta en mi barrio
en el próximo medio año.
**Bieeeeeeeen**
Gracias de nuevo, humanidad.
me lio un porro como un rascacielos
y le prendo fuego mientras bajo las escaleras.
Inhalo lentamente y lleno mis pulmones,
pongo la mano en el pomo de la puerta de la calle
y abro soltando una gigantesca nube blanca
que vuela hacia arriba entre los árboles
e impregna todo con mi fragancia favorita.
Doy un paso hacia afuera y...
¿qué veo?
Dos policías como dos armarios
en la mismísima puerta de mi edificio,
sentados en el capó del coche patrulla
exactamente a tres metros de mí,
clavándome la mirada seriamente.
Me congelo en el acto.
Piedra total.
(Pues qué te voy a contar,
mirándome los dos estupefactos
como si me estuviese fumando un porro gigante en sus caras...)
Noto como se me baja el color a los pies.
Como un conejo delante de los focos de un coche,
doy un paso atrás sin poder dejar de mirarlos
y cierro lentamente la puerta delante de mí,
porro todavía en la boca.
Vuelvo a subir las escaleras a toda prisa,
presa del pánico y pensando que ya dormía en el calabozo,
cuando escucho cotorrear a dos vecinas en el descansillo de arriba.
Pongo la oreja, con el corazón todavía en la garganta,
y entonces me entero de la verdadera movida.
Que el otro día llegó el novio de la del séptimo,
(una adolescente que acaba de ser madre)
y en plena locura total se encerró en el piso
y sin dejar entrar a nadie casi salta por el balcón
con el bebé en brazos.
Así que a partir de ahora
me toca saludar a los dos colegas maderos
cada vez que quiera salir a la calle
por los próximos seis meses.
Gracias al energúmeno insano,
no me puedo fumar un peta en mi barrio
en el próximo medio año.
**Bieeeeeeeen**
Gracias de nuevo, humanidad.
Cuántos problemas tendrás
aparte de los que puedes llegar a percibir....?
Y cómo se te percibe a tí...?
A estas alturas parecer una perra manipuladora
no es ni de lejos lo peor que puede pasarte.
Beberte dos cervezas y descubrir que tu cerebro
puede ir al doble de velocidad aún en ayunas,
y rayarte tú para rayar a los demás....
eso sí que es malo.
Nunca aprendo.
Saber guardar silencio es la mejor virtud que se me ocurre.
Pero ser una bocazas profesional tampoco es lo peor.
Lo peor es que de verdad pienso lo que digo.
En mi plan para alcanzar la insensibilidad
cada día estoy un poco más cerca de la indiferencia*
El día que lo consiga seré indestructible
incluso para mi misma.
Paciencia.
aparte de los que puedes llegar a percibir....?
Y cómo se te percibe a tí...?
A estas alturas parecer una perra manipuladora
no es ni de lejos lo peor que puede pasarte.
Beberte dos cervezas y descubrir que tu cerebro
puede ir al doble de velocidad aún en ayunas,
y rayarte tú para rayar a los demás....
eso sí que es malo.
Nunca aprendo.
Saber guardar silencio es la mejor virtud que se me ocurre.
Pero ser una bocazas profesional tampoco es lo peor.
Lo peor es que de verdad pienso lo que digo.
En mi plan para alcanzar la insensibilidad
cada día estoy un poco más cerca de la indiferencia*
El día que lo consiga seré indestructible
incluso para mi misma.
Paciencia.
martes, 7 de abril de 2015
domingo, 5 de abril de 2015
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