De todos modos es demasiado sencillo, y hace demasiado calor;
de seguro continuarán sin mí.
Yo tengo mi deber, y me enorgulleceré del mismo como muchos:
dejándolo de lado.
Mi vida está gastada.
¡Vamos! ¡Finjamos, vaguemos, oh piedad!
Y existiremos divirtiéndonos, soñando con amores monstruosos y universos fantásticos,
quejándonos y reclamando las apariencias del mundo [...]
En mi cama de hospital, el intenso olor del incienso me ha vuelto a envolver,
guardián de los aromas sagrados, confesor, mártir...
Reconozco en ésto la sucia educación de mi infancia. ¡Y qué!
Vivir mis veinte años porque los otros viven sus veinte años..¡No! ¡No!
¡Desde ahora me rebelo contra la muerte..!
El trabajo le parece demasiado ligero a mi orgullo: mi traición al mundo
sería un suplicio demasiado corto. En el último momento
atacaría a diestra y siniestra...
Entonces, -¡oh, pobre alma querida...!-
¡Tal vez aún no hayamos perdido la eternidad...!
Arthur Rimbaud
Extracto de
"Una temporada en el infierno"
Esa es una oportunidad que nunca se ha de perder.
ResponderEliminarTengo que leer Una temporada en el infierno.
ResponderEliminarMe ha encantado esto que he leído
un beso
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