Ya que vosotros no tomáis la iniciativa,
ya lo hago yo,
hasta lo deletreo si hace falta,
pero apuntaros en mi ficha
literalmente y de una puta vez
que no hay que preguntarme cómo estoy.
Es más, tenéis mi permiso
para escribir ahí que soy
LA GILIPOLLAS ESTÚPIDA
a la que es mejor no preguntar nada,
especialmente preguntas hipócritas que,
aunque bien vistas y aceptadas
por una mayoría social
como gesto de educación,
a ésta imbécil le sacan de dentro
un demonio monstruoso y peligroso
con el que ya habéis comprobado
REPETIDAS VECES
que no queréis tratar.
APUNTADLO,
o enfrentaos a mi ira
y alimentadla hasta ver
cómo os arrastro conmigo
hasta abismos que ni siquiera
sois capaces de imaginar
en vuestras diminutas mentes
de basura infrahumana,
pedazos de nug sifilíticos despreciables.

Ninguna de las interpretaciones
que haces sobre mi persona
ha dado nunca, ni dará en el clavo.

No estoy llorando porque esté triste,
lloro porque estoy viendo el cable
del puto cargador de tu móvil,
y soy consciente de que no puedo
agarrarlo y enredarlo sobre tu cuello,
para apretarlo con todas mis fuerzas
hasta ver cómo dejas de patalear.

Lo que tú interpretas como tristeza,
es en realidad una cantidad descomunal
de ira, rabia e impulsos homicidas
que generan una frustración inhumana
que sale en forma de lágrimas asesinas,
porque no quiero acabar en la cárcel.

Y es jodidamente gracioso
que puedas sentir pena por mi,
cuando en realidad sentirías puro terror
si pudieras percibir un 1% de las escenas
que en ese momento pasan por mi mente.

Puede que llore, pero no te equivoques.
Fantaseo cada día con ser
una maníaca homicida,
y puede que llegue el día
en que me de igual
ir a la cárcel
o suicidarme.

Dejemos esto claro:
Estoy bien SIN TI.
No soy tu maldita presa,
así que sálvate a ti mismo
y a nadie más.
Lo que sea que creas
supéralo de una vez.

Te llevaste lo mejor de mí
y me apuñalaste por la espalda.
-Te saboreo en mis dientes-
eres como un ataque al corazón.

Y NO ESTOY BIEN,
me voy hacia las alcantarillas.

Pero aún me siento a salvo
aquí abajo,
donde pertenezco.

¿Dónde estabas cuando caí
de nuevo en la oscuridad?
Estoy perdida otra vez,
así que no vengas a buscarme.

Empiezo a pensar que este blog
es la nota de suicidio más larga
de todos los tiempos.

No hay nada en este mundo
tan estimulante
como tener la perfecta excusa
con toda la carga de la razón,
para atravesar el cráneo de una enfermera
con la apacible y helada mirada
de quién ya está muerto por dentro,
haciendo acopio de toda la tranquilidad
de éste y otros jodidos universos
para decirle perfectamente
claro, directo y a la cara que es una
HIPÓCRITA
para después argumentarle a un médico
con la calma más absoluta
los motivos por los cuales está faltando
a su juramento hipocrático y ver,
Y REGOCIJARME,
en el atisbo de miedo en los ojos
de quién observa a un sociópata,
y en el silencio que otorga y cae muerto
a los pies de argumentos irrefutables,
que acaban con el vergonzoso
reconocimiento de mi victoria.

Hoy ha sido un día pésimo
para la humanidad,
pero un gran día
para mí y todos los supervillanos.