de la que debió ser
mi antepasada Cassandra,
y empiezo a pensarlo
porque a estas alturas resulta obvio
que parezco haber heredado
su don, su maldición y su agonía.
Maldita ramera infame,
¡malditos griegos y su mitología!
Estúpido ser humano
con su estúpido merecido caballo de Troya.
Maldita mierda intelectual
que nunca te da respuestas claras,
pero siempre encuentra
la referencia perfecta
para refutar tu propia mierda.
Malditos humanos estúpidos
cuya estupidez los blinda de su miseria
y los eleva a la estúpida felicidad.
Yo os maldigo y os deseo la muerte
antes de que la idiocracia
sea irreversible.
El hambre nunca fue tan llevadero.
El que sobrelleves el hambre ya es muy significativo.
ResponderEliminarxoxo
¡Ay, mitología greco-romana! ¡Ay, tú y tu blog!
ResponderEliminarUn texto muy generoso, me encanta. Aunque Apolo no suele ser precisamente quien escupe, es la antítesis de la vulgaridad (como tú, al fin y al cabo).
¡FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO 2019!