Quizá haya exagerado,
o podría haber hecho un esfuerzo,
tratar de adaptarme a la situación
como haría una persona normal.
Y de hecho lo intenté.
Pero para entonces ya era tarde.
Y es irónico porque cerré una puerta
que en realidad nunca quise abierta,
y ahora me siento como una mierda.
A veces
me gustaría ser una persona
más normal, más sociable.
Menos huraña.
Me gustaría que la definición oficial
de la palabra "huraña"
no encajase tan perfectamente conmigo.
Con sinceridad:
Soy estúpidamente despreciable,
y normalmente no me importa,
porque resulta útil para ocultarlo.
Es decir, saben que eres imbécil,
pero no se acercan lo suficiente
ni el suficiente tiempo
como para saber cuánto.
Así que me suele funcionar.
De hecho, me funciona tan bien
que me he acostumbrado
y lo cierto es que ya no calculo,
debería haber medido la situación.
Pero no lo hice, me pasé.
A veces me paso mucho de la ralla,
tengo tendencia a cruzar los límites.
No trato de justificarme.
Tampoco espero redención.
Estuvo mal y ya está, culpa mía.
Reitero que soy imbécil.
Si pudiese retroceder
lo haría de otra manera.
Lo siento.
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escupe.