jueves, 28 de abril de 2022

 Nos conocimos con seis o siete años.
Cuando todavía no sabíamos nada 
ni del mundo, ni de la vida. 
Con la piel todavía limpia y sin cicatrices. 
Nuestra única felicidad consistía 
en romper nuestros pantalones 
buscando bichos por el campo. 
-Joder, nos gustaban mucho los bichos. 

Luego perdimos el contacto por años. 
No se por qué. 

Caminaba yo un día por la calle, 
con diecisiete. 
Y el tipo que venía de frente, 
que me sacaba una cabeza 
andando serio e imponente, 
con sus músculos y su barba, 
todo de negro con pinchos y cadenas, 
eras tú. 

Me paré en seco. 
Me quedé congelada. 
Te vi acercarte. 
Trataba de asegurarme 
de que sí eras. 

Llegaste donde mí, 
y pasaste de largo. 

Era tan obvio que no me habías reconocido, 
que incluso dudé de si eras tú realmente. 
Pero eran tus ojos, joder. 
Sabes bien que nadie más en todo el pueblo
tiene unos ojos como los tuyos. Lo sabes. 
Son únicos. 

Me la jugué, estaba segura al 98%.
Fui tras de ti, te agarré del brazo. 
Tu cara de mala hostia al girarte, 
qué épico fue. 

Lo que vino después ya es historia. 
Tantas y tantas noches bajo las estrellas, 
de conversaciones profundas y absurdas, 
de botellones en descampados, 
de risas, y llantos, y alguna bofetada. 
(Siento lo de la bofetada). 
Mudanzas de muebles imposibles, 
partidas de ajedrez legendarias, 
Cascos vikingos y espadas. 
Y mucho, mucho death métal 🤟

Hoy cumplo 31 
y sigues acordándote de mi cumpleaños. 
Aunque sabes que yo nunca recuerdo nada. 
Nos vemos cuatro o cinco veces al año
desde que abandoné el pueblo, 
pero cada vez que nos vemos 
es como si no hubiese pasado ni un solo día. 

En realidad, seguramente nunca leas ésto. 
Pero supongo que no hace falta 
porque ya sabes que eres 
el mejor amigo que he tenido nunca, 
el que nadie podría soñar tener, 
y te quiero un huevo, bro. 

No dejes de existir nunca. 



viernes, 22 de abril de 2022

Ponte de nuevo ese estúpido disfraz
de persona que tiene todo bajo control
y haz como si no te quedara grande. 

Qué vergüenza das desnuda. 
Cuando nada tapa esas cicatrices. 
Cuando no puedes esconder 
quién eres en realidad. 

Y qué asco das vestida. 
Cuando te camuflas con tanta destreza, 
como si fueras una de ellos
y nadie se da cuenta. 

No lo eres. 

Martiriza y alivia a partes iguales,
¿verdad? 

Te has dividido y fragmentado 
en tantos trozos, 
jugando al despiste. 

- más veces que el maldito Voldemort-

Pero todavía sabes
cuál de todas ellas 
es la verdadera tú. 

No ha servido para nada. 
Nunca funcionará. 
Sigue así. 


martes, 19 de abril de 2022

No lo siento. 
No soy una hipotenusa
que puedas triangular. 

miércoles, 13 de abril de 2022

 Emil M. Cioran
En las cimas de la desesperación 


Nada es importante:

¿Qué importancia puede tener que yo me atormente, que sufra o que piense? Mi presencia en el mundo no hará más que perturbar, muy a mi pesar, algunas existencias tranquilas y turbar –más aún a mi pesar– la dulce inconsciencia de algunas otras. A pesar de que siento que mi propia tragedia es la más grave de la historia –más grave aún que la caída de los imperios o cualquier derrumbamiento en el fondo de una mina– , poseo el sentimiento implícito de mi nimiedad y mi insignificancia. Estoy persuadido de no ser nada en el universo y sin embargo siento que mi existencia es la única real. Más aún: si debiera escoger entre la existencia del mundo y la mía propia, eliminaría sin dudarlo la primera con todas sus luces y sus leyes para planear totalmente solo en la nada. A pesar de que la vida me resulta un suplicio, no puedo renunciar a ella, dado que no creo en lo absoluto de los valores por los que debería sacrificarme. Si he de ser sincero, debo decir que no sé por qué vivo, ni por qué no dejo de vivir. La clave se halla, probablemente, en la irracionalidad de la vida, la cual hace que ésta perdure sin razón. ¿Y si sólo hubiera razones absurdas de vivir? El mundo no merece que alguien se sacrifique por una idea o una creencia. ¿Somos nosotros más felices hoy porque otros se sacrificaron por nuestro bien? Pero, ¿qué bien? Si alguien realmente se ha sacrificado para que yo sea hoy más feliz, soy en realidad aún más desgraciado que él, pues no deseo construir mi existencia sobre un cementerio. Hay momentos en los que me siento responsable de toda la miseria de la historia, en los que no comprendo por qué algunas personas han derramado su sangre por nosotros. La ironía suprema sería darse cuenta de que ellos fueron más felices de lo que nosotros lo somos hoy. ¡Maldita sea la historia!

 " Cada vez que te oigo decir que estás gorda, me dan ganas de pegarte un guantazo.

Hay tipas que son doscientas veces tú, 
que se ofenderían mucho si te oyeran. 
Y con razón, porque tú no estás gorda, hostia."

- Bueno, no es mi puto problema. 
A veces se me escapa sin querer
lo que pienso de verdad. 
Seré más cuidadosa, supongo. 

Porque hace mucho tiempo
que prefiero que no me entiendan, 
a tener que explicarme. 

Abandonar toda esperanza 
es el primer paso del camino
que emprendí hace años. 
Así que no espero comprensión. 
Ni la necesito.

No soy una princesa, 
soy una jodida vikinga.
Y el dragón no me aprisiona, 
es mi puta mascota. 

Así que adelante. 
¿Para qué hablar 
si podemos resolverlo todo
a guantazos? 



sábado, 9 de abril de 2022

 Destrozada por las costuras,
supongo que me despediré una vez más. 
Haz que sea difícil de creer. 
De todos modos sólo soy
un desperdicio de oxígeno. 

-En mis sueños 
tus lágrimas no caen, 
estallan a mi alrededor.

*No... No estoy sintiendo
esta situación *

- Huye.
Trata de encontrar 
ese lugar seguro donde esconderte.
El mejor lugar para estar 
cuando te sientas... 
como yo. 

Sólo retrocede 
antes de que rompa. 

lunes, 4 de abril de 2022

 Le conté mi secreto más grande
Y me dijo que no estaba tan delgada.