si no usas esa inteligencia
para ser feliz.
Supongo que esto es aplicable
a cualquier herramienta de la que dispongas.
En mi caso, no cuento
con una belleza despampanante,
un carisma arrollador,
millones en el banco,
don de gentes...
Sólo tengo para desenvolverme en este mundo
fuerza intelectual y cabezonería.
El problema es que soy mi mayor enemiga
y tiendo a usarlo en mi contra
en un ejercicio de autodestrucción constante
que, si lo piensas, es de sentido común.
-Osea, analiza cuanto sabes de mí y dime
que el maldito mundo entero
no estaría mejor sin gente como yo.
Es tan simple como reducirlo
a la imposibilidad de contra-argumentarlo.
Soy la primera en saberlo,
ni os esforcéis.
Me cuesta ganarme en un debate a mí misma,
y siempre vence la yo cínica y pesimista.
Y me digo:
-Es que para ser feliz hay que tener
como mínimo la capacidad de serlo.
¿La tienes? ¿dónde?
Y claro, me autocierro la boca.
- conversaciones que tengo
conmigo misma a la hora del café.