... y luego nos lo comemos.
miércoles, 27 de febrero de 2013
martes, 26 de febrero de 2013
El mundo
necesita oscuridad y desgracia.
Necesita pesimistas y almas atormentadas,
porque del dolor y del rencor
nacen las mejores obras
de los mejores poetas,
pintores, escritores, artistas...
El arte se nutre de la belleza de las cosas;
buenas, malas, grandes o insignificantes.
Del amor y los corazones henchidos, claro,
pero, de forma más profunda y pura
de la verdadera, dolorosa y oscura naturaleza humana.
De la ira o la más terrible desconsolación.
Y si somos capaces
de encontrar belleza en la desgracia
agena o propia,
entonces el sufrimiento cobra sentido
y pierde dramatismo,
y se hace necesario
y tal vez,
llevadero.
lunes, 25 de febrero de 2013
Jamás hago nada para agradar a nadie.
No es que la gente no me caiga bien,
es que los odio,
al menos hasta que me demuestren lo contrario.
No es que busque el conflicto.
Me divierte más combatir en mi juego
sin que nadie alrrededor sepa que está jugando.
De éste modo siempre gano
y todos pierden.
Siempre les muestro rechazo.
Les resulto áspera y fría,
muchas veces borde.
Así me desahogo,
y cruzo los dedos
para que no se me acerquen.
jueves, 21 de febrero de 2013
Cada día me levanto
deseando con todas mis fuerzas
que se haga de noche lo antes posible.
Que pase rápido el día y así pueda dormir,
porque cuando duermo no pienso.
Y así, día tras día,
me desgasto en una huida infinita
a ninguna parte.
A veces,
sin previo aviso,
me encuentro sola,
en una habitación inundada de silencio,
sin nada que hacer
ni nada o nadie con quien evadirme.
El tiempo se detiene
se alarga y se derrite sobre mi cuerpo
como fuego vomitado por todos mis demonios.
Comienzan las voces,
los gritos de desesperación en mi cabeza,
todas las facetas de mí que maté
devorando mi cráneo
con todos esos pensamientos funestos,
la terrible realidad.
Y me doy cuenta de que no hay ya
más manos a las que aferrarme
para salir de éste pútrido agujero.
Hoy vuelvo a reír sola
enredada en las noches eternas,
víctima una vez más de mi propia ironía.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Sabes que puedo llegar a ser asombrosamente mala
y que tiendo a destruir todo cuanto me rodea
sin piedad.
Que miento, engaño y manipulo
con increíble facilidad.
Sabes que puedo ser muy cruel.
Que corrompo todo lo que se me acerca,
y que no siento culpa alguna por ello.
Sabes que no me importa joderme a mí,
si con ello puedo joder a otros.
Que me lo llevo todo por delante
si lo considero necesario.
Que no atiendo a razones,
que vivo bajo el yugo de mi retorcida lógica.
y que nadie me conoce de verdad.
Sabes, que podría ser exactamente como tú,
pero no quiero.
lunes, 18 de febrero de 2013
domingo, 17 de febrero de 2013
Oh...tendrías que verme ahora...
Estoy tan cambiada.
Ahora ocupo mucho menos espacio,
y mi voz se escucha más ronca,
pero con más determinación.
Ya no tengo miedo,
se que nada podrá detenerme.
Soy imparable...
Irreconocible, ¿eh?
Por primera vez
no pierdo de vista la meta;
la sobrepaso.
He aprendido a jugar
a cruzar la línea,
a que no haya línea.
A disfrutar de las cosas que me hacen reír,
aunque eso me convierta en una mala persona.
He aprendido a que me de igual.
Y ahora soy otra.
Y cada vez soy menos.
Y eso me hace feliz,
a ratos.
viernes, 15 de febrero de 2013
miércoles, 13 de febrero de 2013
martes, 12 de febrero de 2013
lunes, 11 de febrero de 2013
sábado, 9 de febrero de 2013
viernes, 8 de febrero de 2013
Vomito.
Y vienen a mi mente imágenes.
Escenas de personas que he conocido.
O situaciones que he vivido;
palabras,
colores.
Sin que yo tenga voluntad sobre ellas,
o ningun tipo de control.
Esta mañana podía ver nítidamente a Cala vomitando en el descampado, a las tantas de la madrugada con una botella de cerveza en la mano y las canciones de nuestros amigos borrachos a lo lejos.
Como si me hubiese transportado a aquel fin de semana, y estuviese reviviendo ese momento de nuevo.
Yo estaba ahí agachada frente a la taza, escupiendo el café y las tostadas de esta mañana, y en mi cabeza sólo veía a Cala riéndose conmigo y gritando a los cuatro vientos que íbamos a ser invencibles.
Que los locos eran ellos.
Que nunca más volveríamos a ganar un sólo gramo más
y que seríamos las más bellas,
las más delgadas.
Borrachas y fumadas
perdidas.
Luego me venían recuerdos difusos, imagenes del baño del local.
Me veía agachada frente al wc mientras Cala sostenía la puerta y parloteaba sobre el camarero.
También una imagen de una mesa, con unas seis personas sentadas frente a mi.
Conversan, rien, cantan, pero está muy oscuro.
Un chaval con cara de inocente que esta sentado a mi lado me mira,
bebe algo de un vaso de plástico y me pregunta mi nombre.
Termino de vomitar el desayuno y todo se desvanece,
como un recuerdo que casi es un sueño.
Ya no hay imágenes.
Ni respuestas.
Ni Cala riendo.
Ni gente cantando.
Estoy tan enferma
de mirar en el espejo..!
Estoy tan enferma
de mirar en el espejo..!
Ya no hay desayuno.
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