domingo, 21 de diciembre de 2014

Ayer me cancela una cita un cliente a última hora.
Toda la noche despierta y de mal humor.
Consigo dormirme esta mañana,
hecha una puta mierda.
Una hora después suena el teléfono.

En ese preciso momento
no sabía quién era yo,
qué estaba haciendo
o dónde estaba.

Si me hubiesen preguntado mi nombre 
habría dudado.

Y en la pantalla cegadora
el nombre del cliente de ayer.
Y en voz alta
mis primeras palabras del día:

"Maldito imbécil."

Y dos segundos después
la consciencia de que ya había descolgado.

-Silencio al otro lado del teléfono.-

Me he despertado de golpe.
Maldita mierda.





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