Ha habido varios momentos clave
a lo largo de mi vida.
Momentos muy importantes,
instantes muy efímeros de ruptura
que lo cambiaron todo.
No hacen falta más
que unos pocos segundos.
En párvulos, con 5 años,
cuando entró aquel señor mayor
con su traje gris y el pelo canoso,
paró la clase y dijo mi nombre en voz alta.
Aquél fue el primero
de esos momentos.
Así funcionan.
Todo va bien, como de costumbre,
y en unos segundos todo se tambalea.
Y sientes que algo anda mal,
pero no puedes medir la magnitud
de la onda expansiva que viene con ello.
No puedes saber que esos segundos
que acabas de vivir y que no entiendes
los recordarás con cristalina claridad
por el resto de tu vida
y probablemente
los arrastrarás hasta que mueras...
Quién sabe si más allá.
Aquel fue el primero.
Me gustaría hacer una lista para
enumerarlos y quemarlos.
Pero no creo que pueda.
No puedo.
Supongo que eso indica
que no los he superado.
No creo que nunca pueda.
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escupe.