Oh, y la zorra de la clienta.
Mención honorífica para ella,
por sus largos e intensos días
manteniendo firmemente
una gran actitud de
TOCAPELOTAS.
Porque yo a lo mejor no soy normal,
pero cuando voy a un restaurante
trato a todos los camareros
con el mayor de los respetos.
No por educación,
sino por un sencillo principio que dicta
que si no quieres ingerir fluidos humanos,
tratas bien al que te sirve la comida.
Es muy básico y aplicable a todo.
Si la comida te puede sentar mal días,
un peluquero que te hace un mal corte se soluciona en un mes...
¿¿¿Y tú tienes las pelotas de joder a quien te tatúa????
Que te puedo joder de por vida,
¿Ésto es en serio?
Te lo replanteo, maja:
¿De verdad quieres ir el resto de tu vida
con una polla oculta a simple vista
tatuada en tu brazo para que se vea
a 3 metros de distancia?
NO jodas conmigo,
que ya estoy muy harta de la vida,
y no os dais cuenta de que tengo
muchísimo poder en mis manos
cuando os entregáis a mi.
Vivís sumergidos en
EL PUTO ESTADO DE CONFIANZA.
No entiendo cómo seguís con vida.
Me tienes hasta los cojones.
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escupe.