- Murió la semana pasada.
Y una gran parte de mí murió con ella.
Ha dejado un vacío insalvable
del que nunca me voy a recuperar.
Nunca
volveré
a estar
bien.
Cada aliento me recuerda
que ella ya no respira más,
y me siento culpable por ello.
Por seguir aquí
incluso cuando nunca tuvo sentido...
y mucho menos ahora.
Mis niveles de suicidio
jamás fueron tan altos.
Qué hago aquí.
Qué coño estoy haciendo.
No quiero escuchar a nadie.
Ni quiero ver a nadie.
No puedo seguir llorando.
Y no sé qué hacer.
Me sobra la vida.
Nunca volverá a ser lo mismo, eso seguro, pero alguien te necesita también a ti. Ánimo y abrazo.
ResponderEliminarGracias Xan
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