Hormigas.
Para las hormigas,
incluso a pesar de ser
mogollón en cada hormiguero,
el individuo cuenta.
Cuando una hormiga
está en problemas,
se le ayuda.
No importa si está herida, enferma o atrapada.
No obstante,
es la hormiga en problemas
la que decide si se deja ayudar
o si ya es demasiado tarde para ella.
Si sabe que podrá salvarse, sobreactúa.
Muestra en exceso esa enfermedad,
pide auxilio y espera a que la ayuden.
Ellas saben identificar el problema
y actuar en consecuencia.
Aplican un tratamiento u otro
en función de la herida que presente.
Frente a una infección,
Algunas utilizan sustancias microbianas.
Otras realizan amputaciones de forma calculada.
Cuando la infección está a la altura del fémur,
siempre amputan.
Pero nunca a la altura de la tibia,
lo que aumenta enormemente
su tasa de supervivencia
debido a su morfología.
Se le cura y cuida
hasta que está recuperada.
Pero si la hormiga en problemas
decide que es demasiado tarde para ella,
no pide ayuda.
No consume recursos del grupo.
No pone en peligro a los demás por ella.
Disuade a los que van en su ayuda
y se deja morir.
Piénsalo por un segundo.
Analízalo.
Y tú creyendo que son
una mera plaga en tu cocina.
Nuestra especie
es la puta plaga.
No ellas.