Raros signos, señales torcidas.
Cae la última antena.
El cielo se dobla.
Debajo, el mundo empieza a quebrarse.
La vida termina.
El tiempo de escapar ha llegado,
¡abajo las cámaras...!
Recuerdo mirar alrededor,
y ser incapaz de reconocer nada.
Su mano se mantiene firme sobre mi brazo.
Elegimos el silencio.
La noche y su frío.
Ahora ya es tarde.
El fin golpea a la puerta,
listo para reclamarnos.
"Bebe" dijo, "Bebe de ésta sangre,
y seremos inmortales..."
Sabía a cobre.
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escupe.