No es verdad, no eres tú, tú solo eres una puta mentira.
Cada vez que te has sentido mínimamente deseable, has bajado la guardia.
Y cada vez la puñalada que viene después es más certera, mas profunda, mas mortal.
No puedes permitirte tener ni un miligramo de autoestima en tu organismo, te hace débil.
He entendido que el amor propio es mi propia criptonita.
Es cuando sólo siento odio y repugnancia hacia mi persona que soy indestructible.
Porque nadie puede hacerme más daño que yo misma; nada de lo que hagan, o digan, o piensen
puede ser mas nocivo o dañino de lo que yo me hago, me digo, y me pienso.
No importa cuánto se me conozca a mí o a mi pasado, ni cuánta imaginación para el mal se posea.
Es como un súper-poder, uno reservado sólo a los súper-villanos.
Nada, absolutamente nada, se acerca ni de lejos al nivel destructivo que alcanzo yo para conmigo,
y eso me hace inmune a los demás.
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escupe.