Desperté
en el largo pasillo que recorre
la casa de mis padres.
[Tenías alrededor de once años,
¿lo recuerdas..?
¿Recuerdas lo mona que eras..?]
<<Hoy aniquilarías a esa niña
si te la pusiéramos delante.>>
(Ni siquiera le daría tiempo
a decir una palabra.)
- Recuerdo el laberinto.
Recuerdo mirar en todas direcciones
y sólo ver paredes.
Paredes verdes que conformaban
caminos tortuosos e infinitos
que me atrapaban.
Recuerdo buscar el cielo
para intentar averiguar
si era de día o de noche.
Pero no había cielo.
Sólo muros que subían.
También recuerdo no saber
cómo había llegado hasta allí,
ni mucho menos salir.
Caminaba y caminaba,
con la mano derecha tocando la pared.
Una pared lisa y fría como la piedra pulida.
- el gruñido aterrador de un monstruo
olisqueándote desde el otro lado del muro.
Sabe que estás ahí. Te busca. Te da miedo. -
De pronto mi mano
pasó por encima de algo.
Noté claramente un interruptor
y rápidamente miré la pared,
pero allí no había nada.
Sin embargo... lo había tocado.
Empecé a palpar la pared,
y noté con mis dedos
cómo poco a poco se volvía rugosa.
Aunque yo la seguía viendo
perfectamente lisa y verde.
El monstruo se acercaba,
podía oírlo.
Mis manos me daban información
de algo que mis ojos no veían
y no encontraba el interruptor.
Lo buscaba con más ansiedad.
Lo buscaba con mis dedos,
desesperadamente.
Y de pronto oscureció.
Como si apagaran una luz
que ni siquiera era consciente
de que había estado encendida.
Me vi sumida en la más absoluta oscuridad
y en el más sobrecogedor de los silencios.
Pensé que eso era la muerte.
Que el monstruo finalmente me pilló
y ni siquiera me había dado tiempo
a darme cuenta.
Grité completamente aterrorizada.
Entonces una luz se encendió de pronto
y dibujó ante mis ojos
el pasillo con gotelé de mis padres.
Estaba muy confusa.
Mi madre apareció somnolienta
y me llevó de vuelta a la cama.
Debía de estar hasta el coño
de mis movidas sonámbulas,
la pobre.
El laberinto verde
era mi sueño recurrente.
Y siempre despertaba
en lugares insospechados.
Pero aquella vez es la que recuerdo
con la más vívida y plena claridad.
Aún tengo miedo de dormirme
y "despertar" de nuevo allí dentro.
Los sueños siempre tienen una razón de ser, sobre todo los malos.
ResponderEliminarBesos.
Soñar con un laberinto debe ser lo más parecido a sentirse perdido. Me paro a pensar que hace mucho tiempo que nunca recuerdo lo que sueño.
ResponderEliminarMe gusta la realidad maravillosa con que escribes
ResponderEliminarSeguro que a partir de ahora, algún día sueño con un laberinto verde, ya no estarás sola.
ResponderEliminarEl poema es una pasada.
ResponderEliminarMe da igual que sea aterrador... incluso pavoroso.
Me encanta.
He flipado con lo del interruptor que está y no está porque tengo escrito un poema sin publicar aún que dice lo mismo...
Algún día lo publicaré.
Quizás haya un cortocircuito cuando lo haga.