martes, 21 de junio de 2022

 Cuando se me jodió el escáner empecé a frecuentar un locutorio que queda a una manzana de casa. 
Es un local pequeñito pero muy cuidado, 
regentado por un tipo más o menos de mi misma edad, muy educado y amable.

Aunque debe provenir de la cultura islámica se le nota muy occidentalizado, seguramente nació aquí.

Al principio sólo iba a escanear o imprimir documentos, o a comprar algún refresco de camino a casa, un minuto.
Pero llegó el día en que necesité digitalizar unos bocetos de unas láminas para trabajarlos en photoshop... dibujos personales que nada tenían que ver con trabajo... 
movidas-de-esas-locas-mías.

Me presenté con mi carpeta y le solté los papeles sobre el mostrador tranquilamente.
Cuando vió los dibujos, me miró como si nada y me preguntó si los había hecho yo. 
Al decirle que sí, cambió la expresión. Como si esperase un "no" y le sorprendiera mucho mi respuesta. Volvió a preguntar como para confirmarlo hasta tres veces, completamente incrédulo. Yo me sorprendí de su sorpresa. 

Los miró durante largo rato y me felicitó muy efusivo. 

Fue raro. 
La gente no suele reaccionar bien
a mis dibujos personales, la verdad. 
Suelen juzgarme cuando los ven, 
como si pudiesen intuír por un segundo 
el infierno que llevo por dentro, 
pero no entenderlo. 

Es por eso que nunca 
se los enseño a nadie. 

Él no sabe que soy tatuadora, ni que estudié Bellas Artes, o que llevo dibujando desde antes de aprender a caminar. Tampoco sospecha que estoy como un maldito cencerro. 
Bueno, supongo que ahora sí.

Aunque aquellos bocetos eran pura basura en construcción, curiosamente el que más le gustó fue el más perturbador de todos. 

Desde entonces intenta entablar conversación cada vez que nos cruzamos
y eso me hace sospechar que, en el fondo, 
el chaval debe de estar tan roto como yo,
y quizá por eso le parecieron buenos. 




4 comentarios:

  1. Seguro que eran buenos, pero no estaba preparado para el arrojo que le supuso descubrir tanta arte concentrada. Luego, al cruzarse contigo de nuevo, estaba ruborizado por su reacción y trataba de disimular su nerviosismo.

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  2. Quizá está harto de todo aquello que se considera normal. Quizá busca algo de autenticidad.

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  3. Pudiera ser que hayas encontrado a alguien que te entienda.

    Besos.

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  4. A mí los que sabéis dibujar me parecéis magos.
    Yo no es que no sepa dibujar... peor... yo perpetraba dibujos.
    Un desastre siempre, tanto en dibujo artístico como técnico.
    Lo que me dio mucha rabia fue cuando presenté unas láminas artísticas (compradas en secreto al mejor dibujante de la clase, que siempre sacaba un 10 en todos sus dibujos) y me las puntuó con un 5 pelado....
    Ese día me di cuenta que había además algo personal.
    Los pocos dibujos que he visto de ti me gustan.
    Tienen poesía.
    Poe-sía, sí algo de Poe.

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escupe.