Él sabe
que no hace falta que me lo recuerde.
Sé que podría destruirme.
Ambos sabemos muy bien
lo fácil de destruir que soy.
-No le costaría ningún esfuerzo.-
Mi teoría es que,
si no lo ha hecho hasta ahora,
debe ser porque
no hay ningún placer
en destruir un montón de escombros.
La destrucción se alimenta
de las cosas hermosas,
de lo impoluto.
Si yo pudiese destruir a placer,
acabaría con todo lo bello.*
Escogería grafitear antes siempre
la pared más nueva y brillante,
que la rota, sucia y desconchada.
Ser la mierda que abunda en el mundo
tiene sus ventajas.
Entonces no acabes con lo lindo que paso.
ResponderEliminarTambién hay belleza en la destrucción.
EliminarLa mayoría de cosas de esta realidad son mucho más bellas destruidas. No obstante, existen excepciones tan sumamente bellas que ni siquiera la destrucción puede mejorarlas. Ésa es la verdadera belleza: un estado armonioso que, ante cualquier tipo de alteración, por ínfima que sea, implica su pérdida.
ResponderEliminarSupongo que esas excepciones dependen únicamente del punto de vista subjetivo del observador, y no hay nada más fácil de alterar/destruir que eso.
EliminarEdificando ruinas...
ResponderEliminarSaludos
Es una forma constructiva de verlo.
EliminarA mí no me pareces ningún escombro.
ResponderEliminarPorque te pasa un poco como a mí, que no respondemos adecuadamente a nada xd
EliminarÉl solo destruye lo que encuentra peligroso. Como los espejos o los sueños.
ResponderEliminar🤔hum
EliminarPor si te faltan ideas, puedes empezar por grafitear iglesias y palacios de justicia. Es un poco obvio pero dan ganas.
ResponderEliminarNo me faltan ideas, pero gracias por las sugerencias, lo tendré en cuenta 😂
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