viernes, 25 de marzo de 2022

 Hoy un cliente me ha preguntado
antes de empezar
si disfruto de mi trabajo. 

- Por supuesto. 
Además, hoy será divertido.

Algo en mi sonrisa bajo la mascarilla
le ha dejado intuír lo que yo ya sabía,
lo que se le venía encima. 
He notado cómo se asustaba, 
y ha preguntado muy serio:

- ¿disfrutas de hacerle daño a la gente? 

He encendido la máquina. 

- Piénsalo, los tatuadores somos 
los torturadores del siglo XXI. 
Nuestras víctimas vienen voluntariamente
y nos pagan por infligirles dolor, 
a menudo durante horas, 
bajo el pretexto del arte. 
¿Quién no lo disfrutaría? 

Me ha mirado muy raro. 
Creo que le ha dado envidia. 

- ¿listo? No te muevas. 

Ha sufrido como un perro. 
Ha sido muy divertido. 
Me encanta mi trabajo. 


3 comentarios:

  1. Uno debe ser feliz con lo que hace. Te mando un beso. Me gsuto el relato.

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  2. Supongo que tatuarlos por dentro ya debe dar la hostia de placer eh...

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  3. Mi piel impoluta. Odio el dolor.
    Beso***

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escupe.