Sácatelo del pecho.
Mantén tus pies firmes
y concéntrate.
Tiene que haber
algún terreno estable
sobre el que caminar.
Pasa página
y tranquilízate.
Tranquilízate, chica.
-Entierra tu cabeza en tus manos
y húndete en ti misma. -
¿A qué le tienes tanto miedo?
Si de todos modos
has muerto ya
como mil veces.
Lo siento como si fuera yo y ya sé que no, pero sí también.
ResponderEliminarHe muerto tanto ya y sin embargo sigo agonizando como un pez en medio del desierto.
El miedo...con lo fácil que sería soltar y sin embargo cuánto nos cuesta...
ResponderEliminarBeso***