Momentossurrealistasdeesosde
OHDIOSMIOTIERRATRÁGAME
YPORQUÉNOMESUICIDÉALOSQUINCE.
Mi trabajo tiene sus cosas.
Por ejemplo, tienes que hacerlo todo
absolutamente perfecto a la primera.
No puedes fallar:
Cagarla significa literalmente
joderle la vida a alguien.
Así que no, el error no es una opción.
Aunque lleves más de una década,
siempre hay cierta presión.
-La línea no puede vibrar o moverse
ni medio milímetro de su lugar.
Hay que calcular en todo momento
el ángulo de incisión de la aguja,
la profundidad a la que percute,
la velocidad de la máquina,
la de tu mano, tu pulso,
mantener la piel estirada,
que no se te borre la plantilla...
Y un jodido largo etcétera.
Eso significa que
absolutamente toda yo,
hasta el último átomo de mi ser,
están puestos al cien por cien
en todo maldito momento
en el pedazo de piel que tú,
como cliente, me has dado.
Tú dejas de existir, yo dejo de existir,
el mundo a nuestro alrededor
es absolutamente nada en esas horas,
sólo existen la aguja y el trozo de piel.
Me convierto en la puta línea
que estoy trazando.
No tengo cuerpo.
Para mí, claro.
Tú estás jodido y sufriendo,
y todo debe parecerte más real que nunca.
Pero yo, no soy consciente
de dónde estoy apoyando mi codo.
Porque ni siquiera estoy siendo consciente
de que hay un cuerpo humano ahí abajo,
o de que yo tenga un codo.
Eres un mueble sobre el que hay un lienzo.
Yo estoy a lo mío, ignorando tus lloros.
Focalizada en que quede perfecto.
Y no, no me he dado cuenta
de que me estaba apoyando o dónde.
No me he dado cuenta hasta que
teníamos montada
la tienda de campaña*
- Joder, ya me podría haber dicho algo,
en plan, "cuidado donde te apoyas",
¿no?
Y ahora quiero
que nos muramos los dos.
Y quiero creer que él también.
Menos mal que ya estaba terminando,
porque no ha habido dios en la galaxia
que me devolviera el pulso después de eso.
Qué vergüenza he pasado.
Qué vergüenza.
Qué vergüenza.
Qué vergüenza.
Ahg.
Que alguien me mate,
por favor.