Sigo resistiendo, mientras mi cerebro titila como una bomba;
supongo que los pensamientos oscuros han vuelto para llevarme.
Palabras agridulces que ni siquiera se si me gustan.
-Por favor golpéame, se deliberado.-
Demasiado tarde, me desato, me estoy deshaciendo.
Lo que luce tan fuerte, es tan delicado...
Desde siempre saboreando el dolor en mi lengua...y ahora
esta dulce pistola no me protege...¡eso es!
Empiezo a sofocarme, me estoy anticipando..
Parece que no estoy mejorando,
¡NO ESTOY MEJORANDO!
Con el gatillo entre mis ojos, ¡por favor dispara!
Por favor hazlo rápido.
Por favor no falles...
lunes, 28 de diciembre de 2015
sábado, 26 de diciembre de 2015
- [...] Como dijo Gandhi, "ojo por ojo deja a todos ciegos".
Creo firmemente en eso.
- No es así. Quedará un tipo con un ojo. ¿Cómo hará el último ciego
para sacarle el ojo al último tipo que queda con un ojo?
El tipo no tiene más que correr y esconderse detrás de un arbusto.
Gandhi se equivocó, solo que nadie tiene las agallas para decirlo.
Creo firmemente en eso.
- No es así. Quedará un tipo con un ojo. ¿Cómo hará el último ciego
para sacarle el ojo al último tipo que queda con un ojo?
El tipo no tiene más que correr y esconderse detrás de un arbusto.
Gandhi se equivocó, solo que nadie tiene las agallas para decirlo.
Siete psicópatas
Martin McDonagh
2012
jueves, 24 de diciembre de 2015
lunes, 21 de diciembre de 2015
martes, 15 de diciembre de 2015
lunes, 14 de diciembre de 2015
martes, 1 de diciembre de 2015
lunes, 30 de noviembre de 2015
- Todos los sujetos mágicos nadan en melancolía. [...]
¿No tienes miedo de lo que pueda haber en tí?
- ¡No tontita! Te imaginas al candado antes de la llave,
tú crees que ésto (señala su cabeza) es la clave,
pero es un cesto de basura.
- Ya veremos...
- ¡Suave y gris!, tan lejos como puedes ver, la vida no crece en mí.
Nada florece. Nada se siembra. Puro y perfecto,
como los suelos de mármol del banco,
te deslizas sin obstáculos, vacío por siempre.
- Wow... en realidad es como él dijo...
creo que así es grandioso.
¿No tienes miedo de lo que pueda haber en tí?
- ¡No tontita! Te imaginas al candado antes de la llave,
tú crees que ésto (señala su cabeza) es la clave,
pero es un cesto de basura.
- Ya veremos...
- ¡Suave y gris!, tan lejos como puedes ver, la vida no crece en mí.
Nada florece. Nada se siembra. Puro y perfecto,
como los suelos de mármol del banco,
te deslizas sin obstáculos, vacío por siempre.
- Wow... en realidad es como él dijo...
creo que así es grandioso.
El hombre mágico.
jueves, 26 de noviembre de 2015
- A veces desearía poder dormir hasta tener 18 años...
y saltarme toda ésta porquería, el bachillerato y todo. Saltármelo.
- Hum... ¿Sabes quién es Marcel Proust?
- Es el sujeto sobre el que enseñas.
- Sí, un escritor francés, un perdedor total. Nunca tuvo un trabajo real. Tuvo amoríos no correspondidos. Gay. Pasó 20 años escribiendo un libro que casi nadie lee...
Pero debe ser el mayor escritor desde Shakespeare.
- Hum.
- En fin, llegó al fin de su vida... y miró al pasado y decidió que todos esos años que sufrió... habían sido los mejores de su vida, porque lo hicieron quien era.
Los años en que fue feliz fueron un desperdicio, no aprendió nada.
Así que si duermes hasta los 18 años... joder, piensa en el sufrimiento que te perderás. El instituto...¡tus años de mayor sufrimiento! No se consigue mejor sufrimiento.
- Jaj...¿sabes? ¡Al carajo con los concursos de belleza! La vida es un puto concurso de belleza tras otro. La escuela, la universidad, el trabajo... Al carajo.
y saltarme toda ésta porquería, el bachillerato y todo. Saltármelo.
- Hum... ¿Sabes quién es Marcel Proust?
- Es el sujeto sobre el que enseñas.
- Sí, un escritor francés, un perdedor total. Nunca tuvo un trabajo real. Tuvo amoríos no correspondidos. Gay. Pasó 20 años escribiendo un libro que casi nadie lee...
Pero debe ser el mayor escritor desde Shakespeare.
- Hum.
- En fin, llegó al fin de su vida... y miró al pasado y decidió que todos esos años que sufrió... habían sido los mejores de su vida, porque lo hicieron quien era.
Los años en que fue feliz fueron un desperdicio, no aprendió nada.
Así que si duermes hasta los 18 años... joder, piensa en el sufrimiento que te perderás. El instituto...¡tus años de mayor sufrimiento! No se consigue mejor sufrimiento.
- Jaj...¿sabes? ¡Al carajo con los concursos de belleza! La vida es un puto concurso de belleza tras otro. La escuela, la universidad, el trabajo... Al carajo.
Extracto de
Pequeña Miss Sunshine
por Jonathan Dayton y Valerie Faris
2006
2006
miércoles, 25 de noviembre de 2015
Su nombre era... irrelevante.
Y me podría pasar horas hablando de sus ojos desbordantes,
de su piel... tan blanca, tan perfecta para romperla en cientos de colores.
O de su constante y solemne mirada, con su boca permanentemente torcida
en una perpetua expresión de asco y desesperanza hacia todo y todos alrededor,
enfundado de negro en su encorvada postura, como quien pretende ser invisible,
Como quien tiene la absoluta certeza de que el mundo no le debe nada,
y que no es lo suficientemente importante como para atreverse a caminar derecho,
o simplemente con la mirada al frente.
Podría hablar de cómo tocaba la guitarra en los tejados donde
eramos libres para fracasar, y nos fumábamos los atardeceres de verano.
O de cómo una cara estúpida suya me hacía estallar en carcajadas en segundos
y por un momento, parecíamos personas normales.
Pero eso es lo único que de verdad vale la pena contar:
Que una vez existió una persona
con la que me sentí un ser normal
en vez de un excéntrico y repelente insecto.
Y eso me da miedo por infinitas razones*.
Y me podría pasar horas hablando de sus ojos desbordantes,
de su piel... tan blanca, tan perfecta para romperla en cientos de colores.
O de su constante y solemne mirada, con su boca permanentemente torcida
en una perpetua expresión de asco y desesperanza hacia todo y todos alrededor,
enfundado de negro en su encorvada postura, como quien pretende ser invisible,
Como quien tiene la absoluta certeza de que el mundo no le debe nada,
y que no es lo suficientemente importante como para atreverse a caminar derecho,
o simplemente con la mirada al frente.
Podría hablar de cómo tocaba la guitarra en los tejados donde
eramos libres para fracasar, y nos fumábamos los atardeceres de verano.
O de cómo una cara estúpida suya me hacía estallar en carcajadas en segundos
y por un momento, parecíamos personas normales.
Pero eso es lo único que de verdad vale la pena contar:
Que una vez existió una persona
con la que me sentí un ser normal
en vez de un excéntrico y repelente insecto.
Y eso me da miedo por infinitas razones*.
lunes, 9 de noviembre de 2015
No eres lo suficientemente mala todavía, puedes ser peor persona.
Parece que sí, pero todavía no estás todo lo amargada que podrías.
Superas a la gran mayoría, pero no eres la más sociópata,
aún podrías ser más cruel, más dañina... ¡mucho peor!
Apartas a todos pero no estás lo suficientemente sola.
Sólo quedan trozos de tí, ¡pero aún podrías romperte más!
Ser más fría, más indiferente, más distante... menos humana.
Dañas a la gente, pero podrías DESTROZARLOS.
Deja de frenarte así, no te contengas.
Si me esfuerzo un poco más, se que puedo ser PEOR.
Parece que sí, pero todavía no estás todo lo amargada que podrías.
Superas a la gran mayoría, pero no eres la más sociópata,
aún podrías ser más cruel, más dañina... ¡mucho peor!
Apartas a todos pero no estás lo suficientemente sola.
Sólo quedan trozos de tí, ¡pero aún podrías romperte más!
Ser más fría, más indiferente, más distante... menos humana.
Dañas a la gente, pero podrías DESTROZARLOS.
Deja de frenarte así, no te contengas.
Si me esfuerzo un poco más, se que puedo ser PEOR.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
domingo, 25 de octubre de 2015
Me meto en mis zapatillas y me pongo la chaqueta.
Le subo a la vecina de arriba unas bragas negras de encaje trasparente que por algún insondable misterio de la naturaleza han llegado a parar a mi galería (como tantas otras cosas, otras tantas veces).
Me da las gracias enrojecida y con una sonrisa pudorosa cierra la puerta muerta de vergüenza.
Salgo a la calle con la capucha puesta y las últimas caladas del último peta en la boca.
Un viejo que pasea a un un perro-rata sin correa me mira apagando la colilla en el suelo como si fuese una delincuente peligrosa y repugnante, y pasa de largo.
Camino con la mirada fija en el suelo, pero antes de llegar a la terraza del bar ya noto las punzantes miradas de la muchedumbre taladrándome en la distancia. -Acelero el paso.
Como una bala entro y le pido al camarero que conecte la maquina de tabaco.
Por un momento pienso que todo va bien, -estúpida-.
Que nadie ha percibido mi aura odiosa de bicho raro, -imbécil-.
Que no se me ha notado el temblor en la voz,-ingenua-.
Y que si me había mirado alguien era por esa extraña costumbre que tiene la gente de mirarse unos a otros, y no porque detectasen que yo no soy una de ellos -maldita ignorante...-
Nada más darme la vuelta para ir a por mi tabaco me topo con la directa y fija mirada de los cinco tipos que había allí dentro, y desde mi capucha escucho la amortiguada voz de uno de ellos que dice:
"¿pero y tú de dónde sales...?" con absoluta tranquilidad y descaro.
Ignorándolo a él y al silencio reinante, compro un paquete de Fortuna* y salgo/escapo/huyo de allí con el jodido corazón en la jodida garganta, y durante tooooooodo ese tiempo (que parecía eterno) no paraba de darle vueltas a la cabeza tratando de analizar la entonación, las palabras, la mirada, algo que me hiciera entender a qué cojones se refería exactamente.
Llegando a la conclusión de que:
1- O aquello ha sido una demostración de la que debe ser la nueva técnica de ligar más cutre de todo el planeta desde que los cavernícolas golpeaban con piedras a las mujeres para meterlas en las cuevas.
O...2- Mi misantropía y mi cada vez más avanzado estado de descomposición mental son tan espectaculares que hasta la gente más normal -incluso mediocre- es ya capaz de percibirlos lo suficiente como para activar sus alarmas de intruso anómalo en la zona.
Me decanto indiscutiblemente por la segunda, lo que considero que debería tomar como un importante aviso para que a partir de ahora mejore mi actuación de "persona normal" cuando me veo obligada a coexistir y/o relacionarme con vosotros, los humanos.
Le subo a la vecina de arriba unas bragas negras de encaje trasparente que por algún insondable misterio de la naturaleza han llegado a parar a mi galería (como tantas otras cosas, otras tantas veces).
Me da las gracias enrojecida y con una sonrisa pudorosa cierra la puerta muerta de vergüenza.
Salgo a la calle con la capucha puesta y las últimas caladas del último peta en la boca.
Un viejo que pasea a un un perro-rata sin correa me mira apagando la colilla en el suelo como si fuese una delincuente peligrosa y repugnante, y pasa de largo.
Camino con la mirada fija en el suelo, pero antes de llegar a la terraza del bar ya noto las punzantes miradas de la muchedumbre taladrándome en la distancia. -Acelero el paso.
Como una bala entro y le pido al camarero que conecte la maquina de tabaco.
Por un momento pienso que todo va bien, -estúpida-.
Que nadie ha percibido mi aura odiosa de bicho raro, -imbécil-.
Que no se me ha notado el temblor en la voz,-ingenua-.
Y que si me había mirado alguien era por esa extraña costumbre que tiene la gente de mirarse unos a otros, y no porque detectasen que yo no soy una de ellos -maldita ignorante...-
Nada más darme la vuelta para ir a por mi tabaco me topo con la directa y fija mirada de los cinco tipos que había allí dentro, y desde mi capucha escucho la amortiguada voz de uno de ellos que dice:
"¿pero y tú de dónde sales...?" con absoluta tranquilidad y descaro.
Ignorándolo a él y al silencio reinante, compro un paquete de Fortuna* y salgo/escapo/huyo de allí con el jodido corazón en la jodida garganta, y durante tooooooodo ese tiempo (que parecía eterno) no paraba de darle vueltas a la cabeza tratando de analizar la entonación, las palabras, la mirada, algo que me hiciera entender a qué cojones se refería exactamente.
Llegando a la conclusión de que:
1- O aquello ha sido una demostración de la que debe ser la nueva técnica de ligar más cutre de todo el planeta desde que los cavernícolas golpeaban con piedras a las mujeres para meterlas en las cuevas.
O...2- Mi misantropía y mi cada vez más avanzado estado de descomposición mental son tan espectaculares que hasta la gente más normal -incluso mediocre- es ya capaz de percibirlos lo suficiente como para activar sus alarmas de intruso anómalo en la zona.
Me decanto indiscutiblemente por la segunda, lo que considero que debería tomar como un importante aviso para que a partir de ahora mejore mi actuación de "persona normal" cuando me veo obligada a coexistir y/o relacionarme con vosotros, los humanos.
jueves, 22 de octubre de 2015
-Esas veces no he sabido qué hacer.
Me he podido perder mucho más allá del ensimismamiento...
Quizá habría podido morir en aquél lugar cientos de veces
antes de que alguien me hubiese encontrado recubierta de moscas y gusanos.
Te ves de pie frente al oscuro umbral de lo desconocido,
y te das cuenta de que no hay suficientes cañones apuntándote.
Que podrías haber empujado por ese abismo a muchos primero,
que hicieran de colchón para tu cadáver suicida.
-Aquellos que te pegaban, te insultaban, te humillaban...
y te robaban el dinero del almuerzo cada puto jodido día.
-Aquellos que te quisieron cuando no lo merecías, ¡por estúpidos!
Tantas ratas y ratas del infierno esparcidas como un virus por este ancho planeta,
reproduciéndose y creando más y más ratas y ratas del infierno...
Y piensas, -nena, tú podrías parar ésto.
Pero tus pies saben que no eres quién para resolver los problemas del mundo.
Tus pies blancuchos y descalzos se aferran al borde con fuerza porque saben
que había un hombre muy rico que miraba alrededor y contemplaba la desgracia del mundo.
Y ese hombre un día se dijo: "Tengo dinero, yo puedo hacer algo."
Así que cogió todo su dinero y lo donó a una ONG.
Pero cuando miró alrededor siguió viendo que el mundo era desgraciado.
Y se dijo; "Estoy sano, puedo ayudar." Así que fue al médico y donó un riñón.
Más tarde miró alrededor y el mundo seguía sufriendo.
Desesperado volvió al médico y le dijo:
"Doctor, ésta vez quiero donarlo todo, córneas, médula, órganos...todo."
El médico le dijo que aquello no podía ser, que era un suicidio, y lo echó.
Así que el hombre se fue a su casa, escribió en la pared "donante de órganos"...
llamó a una ambulancia y se cortó las venas en su bañera.
Y ahí lo tienes, un hombre que lo dio todo para arreglar las miserias del mundo.
Y tus pies saben que desde ésta azotea ves el mundo.
Y el mundo sigue sufriendo, sigue apestando, y las desgracias persisten.
Tus pies saben que la moraleja es que eres idiota si intentas hacer algo por arreglarlo.
No sirve de nada, y de todos modos todas las criaturas de éste mundo mueren solas.
Asi que tus pies son listos y saltan,
y tú mueres unos metros mas abajo
con la cara aplastada contra el asfalto.
Me he podido perder mucho más allá del ensimismamiento...
Quizá habría podido morir en aquél lugar cientos de veces
antes de que alguien me hubiese encontrado recubierta de moscas y gusanos.
Te ves de pie frente al oscuro umbral de lo desconocido,
y te das cuenta de que no hay suficientes cañones apuntándote.
Que podrías haber empujado por ese abismo a muchos primero,
que hicieran de colchón para tu cadáver suicida.
-Aquellos que te pegaban, te insultaban, te humillaban...
y te robaban el dinero del almuerzo cada puto jodido día.
-Aquellos que te quisieron cuando no lo merecías, ¡por estúpidos!
Tantas ratas y ratas del infierno esparcidas como un virus por este ancho planeta,
reproduciéndose y creando más y más ratas y ratas del infierno...
Y piensas, -nena, tú podrías parar ésto.
Pero tus pies saben que no eres quién para resolver los problemas del mundo.
Tus pies blancuchos y descalzos se aferran al borde con fuerza porque saben
que había un hombre muy rico que miraba alrededor y contemplaba la desgracia del mundo.
Y ese hombre un día se dijo: "Tengo dinero, yo puedo hacer algo."
Así que cogió todo su dinero y lo donó a una ONG.
Pero cuando miró alrededor siguió viendo que el mundo era desgraciado.
Y se dijo; "Estoy sano, puedo ayudar." Así que fue al médico y donó un riñón.
Más tarde miró alrededor y el mundo seguía sufriendo.
Desesperado volvió al médico y le dijo:
"Doctor, ésta vez quiero donarlo todo, córneas, médula, órganos...todo."
El médico le dijo que aquello no podía ser, que era un suicidio, y lo echó.
Así que el hombre se fue a su casa, escribió en la pared "donante de órganos"...
llamó a una ambulancia y se cortó las venas en su bañera.
Y ahí lo tienes, un hombre que lo dio todo para arreglar las miserias del mundo.
Y tus pies saben que desde ésta azotea ves el mundo.
Y el mundo sigue sufriendo, sigue apestando, y las desgracias persisten.
Tus pies saben que la moraleja es que eres idiota si intentas hacer algo por arreglarlo.
No sirve de nada, y de todos modos todas las criaturas de éste mundo mueren solas.
Asi que tus pies son listos y saltan,
y tú mueres unos metros mas abajo
con la cara aplastada contra el asfalto.
domingo, 18 de octubre de 2015
miércoles, 7 de octubre de 2015
jueves, 24 de septiembre de 2015
miércoles, 23 de septiembre de 2015
martes, 22 de septiembre de 2015
La tipa se retuerce como una perra en la camilla.
Berrea, aprieta los dientes, se muerde la mano y vomita todo tipo de insultos.
A medida que voy avanzando el dibujo, vienen a mi mente flashes de otra época -casi de otra vida-.
Escenas a medio construir de algún lugar que todavía existe en algún rincón de mi cerebro, recuerdos sesgados y desordenados que al principio no tienen mucho sentido.
A medida que van pasando los minutos voy cayendo presa de mi ensimismamiento; me evado.
Estoy torturando a esta tipa aquí y ahora, pero estoy muy lejos y en otro tiempo.
Huyo de la realidad y del mundo físico, mi cuerpo se convierte en un autómata, funciona por sí solo sin necesidad de un ente que le diga qué hacer o por qué, se convierte en algo tan industrial que de alguna forma alcanza la perfección sin mí; no me necesita, incluso diría que le estorbo.
La tipa sigue gritando blasfemias, mi cuerpo sigue tatuándola e ignorándola deliberadamente, y mi mente sigue perdida en un mundo tan absolutamente lejano a éste que tan sólo se le podría llamar paraíso:
Estoy en lo alto de un viejo tejado, en una casa abandonada en mitad del campo.
Toco el ukelele mientras él pinta la pared con sus montanas de colores, fumamos yerba, bebemos monster.
Recuerdo el prado dorado que se extendía por hectáreas a nuestro alrrededor, vacío de humanidad y de civilización, en perfecto silencio y calma, con la tormenta eléctrica acercándose por momentos hacia nosotros, cruzando el océano gris profundo del cielo como si se nos viniese encima el fin del mundo. -Retumba el eco lejano de algún trueno.
Le veo bajándose el pañuelo de la cara y sacándome la lengua justo cuando empieza a chispear, recojemos los sprays a toda prisa y bajamos torpemente a suelo firme.
Veo el relámpago que cae en el árbol a pocos metros de nosotros, como si de verdad me hubiese transportado físicamente a aquél momento, y su cara de incrédulo mirándome con los ojos muy abiertos y gritando que corriéramos.
Recuerdo la libélula que había posada en el manillar de mi bici cuando la cogí y que voló con nosotros por la carretera durante la mitad del camino.
Entonces "noto una perturbación en la fuerza", caigo en la realidad con esa sensación de mal despertar, de haberte zambullido en el agua helada: la tipa se levanta de la camilla maldiciendo.
Miro la libélula que le estoy tatuando en el culo, la tipa me da la enhorabuena muy contenta y se pone a hacerse fotos y a pasear su culo hinchado, enrojecido y sangrante por toda la red.
Observo la escena en silencio y soy consciente de que necesito desesperadamente volver a dondequiera que mi mente estuviese y no despertar nunca más.
Berrea, aprieta los dientes, se muerde la mano y vomita todo tipo de insultos.
A medida que voy avanzando el dibujo, vienen a mi mente flashes de otra época -casi de otra vida-.
Escenas a medio construir de algún lugar que todavía existe en algún rincón de mi cerebro, recuerdos sesgados y desordenados que al principio no tienen mucho sentido.
A medida que van pasando los minutos voy cayendo presa de mi ensimismamiento; me evado.
Estoy torturando a esta tipa aquí y ahora, pero estoy muy lejos y en otro tiempo.
Huyo de la realidad y del mundo físico, mi cuerpo se convierte en un autómata, funciona por sí solo sin necesidad de un ente que le diga qué hacer o por qué, se convierte en algo tan industrial que de alguna forma alcanza la perfección sin mí; no me necesita, incluso diría que le estorbo.
La tipa sigue gritando blasfemias, mi cuerpo sigue tatuándola e ignorándola deliberadamente, y mi mente sigue perdida en un mundo tan absolutamente lejano a éste que tan sólo se le podría llamar paraíso:
Estoy en lo alto de un viejo tejado, en una casa abandonada en mitad del campo.
Toco el ukelele mientras él pinta la pared con sus montanas de colores, fumamos yerba, bebemos monster.
Recuerdo el prado dorado que se extendía por hectáreas a nuestro alrrededor, vacío de humanidad y de civilización, en perfecto silencio y calma, con la tormenta eléctrica acercándose por momentos hacia nosotros, cruzando el océano gris profundo del cielo como si se nos viniese encima el fin del mundo. -Retumba el eco lejano de algún trueno.
Le veo bajándose el pañuelo de la cara y sacándome la lengua justo cuando empieza a chispear, recojemos los sprays a toda prisa y bajamos torpemente a suelo firme.
Veo el relámpago que cae en el árbol a pocos metros de nosotros, como si de verdad me hubiese transportado físicamente a aquél momento, y su cara de incrédulo mirándome con los ojos muy abiertos y gritando que corriéramos.
Recuerdo la libélula que había posada en el manillar de mi bici cuando la cogí y que voló con nosotros por la carretera durante la mitad del camino.
Entonces "noto una perturbación en la fuerza", caigo en la realidad con esa sensación de mal despertar, de haberte zambullido en el agua helada: la tipa se levanta de la camilla maldiciendo.
Miro la libélula que le estoy tatuando en el culo, la tipa me da la enhorabuena muy contenta y se pone a hacerse fotos y a pasear su culo hinchado, enrojecido y sangrante por toda la red.
Observo la escena en silencio y soy consciente de que necesito desesperadamente volver a dondequiera que mi mente estuviese y no despertar nunca más.
lunes, 21 de septiembre de 2015
miércoles, 16 de septiembre de 2015
He comido helado, pero vomito petróleo.
Es una mezcla de toda la mierda que llevo por dentro y que lucha por permanecer y ser digerida.
Parece helado, pero en realidad es asco, culpa, odio, rabia, rencor..asfixia.
Tengo que hacer grandes esfuerzos para expulsar todo lo que el helado no ha arrastrado,
noto cómo se contrae mi estómago, el ardor en la parte alta de la garganta, la congestión...
pronto llegan la debilidad, el temblor en mis piernas y la sensación de desvanecimiento.
Me lavo la cara, me sueno la nariz, me lavo los dientes y me abraso el alma con el puto listerine.
Me dejo caer en mi rinconcito de la ducha, donde ya tengo preparados cenicero, peta y mechero.
La primera calada es mala, sabe a dentífrico y me hace toser, el humo me rasca en la garganta.
Pero mi cerebro ya hace rato que empezó a drogarme con pura serotonina; vomitar es una droga.
La segunda calada sabe celestial, mi mente empieza a divagar envuelta en un placer extraño -de otro mundo-
Me siento tan liviana que parece que hubiera salido de mi cuerpo y tan sólo me formara el humo que se arremolina en el diminuto y blanco cuarto de baño; como si no pesara nada.
Por un rato no soy yo, soy otra cosa; demasiado débil y vulnerable como para sentir odio o felicidad.
Liberada por un momento de mi misantropía, mi cinismo avanzado y mi retorcido sentido de la justicia... completamente neutral, inafectable por nada, protegida por la mampara translúcida de la ducha, a millones de años luz de cualquier otro ser humano; en paz.
Por un momento, no soy nada ni nadie, y es perfecto.
Apenas la sombra de un fantasma que observa delirante una sucesión de imágenes que bien podrían ser recuerdos de la vida que quizá alguna vez tuvo, pero que quedan tan lejanos que parecen una mala película de la que tan sólo se alcanzan a recordar breves escenas, y que nada te afectan o te impresionan ya.
Acabo mi peta y salgo del baño todavía algo mareada.
Ha estado bien, mañana más.
Es una mezcla de toda la mierda que llevo por dentro y que lucha por permanecer y ser digerida.
Parece helado, pero en realidad es asco, culpa, odio, rabia, rencor..asfixia.
Tengo que hacer grandes esfuerzos para expulsar todo lo que el helado no ha arrastrado,
noto cómo se contrae mi estómago, el ardor en la parte alta de la garganta, la congestión...
pronto llegan la debilidad, el temblor en mis piernas y la sensación de desvanecimiento.
Me lavo la cara, me sueno la nariz, me lavo los dientes y me abraso el alma con el puto listerine.
Me dejo caer en mi rinconcito de la ducha, donde ya tengo preparados cenicero, peta y mechero.
La primera calada es mala, sabe a dentífrico y me hace toser, el humo me rasca en la garganta.
Pero mi cerebro ya hace rato que empezó a drogarme con pura serotonina; vomitar es una droga.
La segunda calada sabe celestial, mi mente empieza a divagar envuelta en un placer extraño -de otro mundo-
Me siento tan liviana que parece que hubiera salido de mi cuerpo y tan sólo me formara el humo que se arremolina en el diminuto y blanco cuarto de baño; como si no pesara nada.
Por un rato no soy yo, soy otra cosa; demasiado débil y vulnerable como para sentir odio o felicidad.
Liberada por un momento de mi misantropía, mi cinismo avanzado y mi retorcido sentido de la justicia... completamente neutral, inafectable por nada, protegida por la mampara translúcida de la ducha, a millones de años luz de cualquier otro ser humano; en paz.
Por un momento, no soy nada ni nadie, y es perfecto.
Apenas la sombra de un fantasma que observa delirante una sucesión de imágenes que bien podrían ser recuerdos de la vida que quizá alguna vez tuvo, pero que quedan tan lejanos que parecen una mala película de la que tan sólo se alcanzan a recordar breves escenas, y que nada te afectan o te impresionan ya.
Acabo mi peta y salgo del baño todavía algo mareada.
Ha estado bien, mañana más.
lunes, 14 de septiembre de 2015
miércoles, 9 de septiembre de 2015
martes, 8 de septiembre de 2015
lunes, 7 de septiembre de 2015
Grita.
Tan sólo grita.
Tan alto que retumben los edificios...
¡que estalle la hueca cabeza
de cada malnacido de ésta podrida ciudad..!
Grita tan fuerte como puedas y hazme gritar,
hasta que nos exploten los pulmones
y nos asfixiemos todos de agonía.
Hay demasiado silencio ésta noche.
El mundo necesita un grito.
sábado, 5 de septiembre de 2015
viernes, 4 de septiembre de 2015
jueves, 3 de septiembre de 2015
La resina pegajosa de aquel cogollo se me adhería a la punta de los dedos mientras trataba de llevar a cabo la ardua tarea de liar aquel fino papel sin romperlo. Se asemejaba al polvo de oro, brillaba con luz natural como el engaste de una joya preciosa... durante un largo minuto me quedé absorta.
Al término de éste escuché cómo se aclaraba la garganta a mi derecha el único al que alguna vez me atrevería a describir como mi amigo, (siendo yo una escéptica de éste termino, una cínica condenada a estallar en terribles carcajadas ante la visión de quienes, en caliente debate, lo defienden.)
No, la amistad no existe. Mucho menos los "amigos". No importa, yo seguía en mi mundo.
Me dio fuego con la expresión en la cara de quien observa un urobro; mitad tristeza y asombro, mitad repugnancia. Le entendía. Desde la última vez que me vio estaba muy desmejorada.
Percibí que no se atrevía a decir nada, así que rompí el silencio:
- ¿Qué te pica? - Dudó un segundo. Tras un trago a la cerveza perdió la vista en los tejados y abrió la boca: Nada, simplemente tengo la sensación de que eres mas tú que nunca. -La respuesta me dejó boquiabierta, cuando ya creía que nada podía sorprenderme.
- ¿Y eso es malo?- Se levantó del suelo de la azotea y escaló por la ventana hasta el tejado. Luego me tendió la mano y me ayudó a subir, nos tumbamos sobre las tejas contemplando una cegadora puesta de sol, de las de nubes rosas y naranjas, con cientos de golondrinas surcando el cielo.
Dio una larga y profunda calada:
- Eres destructiva e imparable, ¿entiendes?
- ¿Entender qué?
- Pues que ahora eres más destructiva e imparable que nunca.
- Un brindis por eso.
Al término de éste escuché cómo se aclaraba la garganta a mi derecha el único al que alguna vez me atrevería a describir como mi amigo, (siendo yo una escéptica de éste termino, una cínica condenada a estallar en terribles carcajadas ante la visión de quienes, en caliente debate, lo defienden.)
No, la amistad no existe. Mucho menos los "amigos". No importa, yo seguía en mi mundo.
Me dio fuego con la expresión en la cara de quien observa un urobro; mitad tristeza y asombro, mitad repugnancia. Le entendía. Desde la última vez que me vio estaba muy desmejorada.
Percibí que no se atrevía a decir nada, así que rompí el silencio:
- ¿Qué te pica? - Dudó un segundo. Tras un trago a la cerveza perdió la vista en los tejados y abrió la boca: Nada, simplemente tengo la sensación de que eres mas tú que nunca. -La respuesta me dejó boquiabierta, cuando ya creía que nada podía sorprenderme.
- ¿Y eso es malo?- Se levantó del suelo de la azotea y escaló por la ventana hasta el tejado. Luego me tendió la mano y me ayudó a subir, nos tumbamos sobre las tejas contemplando una cegadora puesta de sol, de las de nubes rosas y naranjas, con cientos de golondrinas surcando el cielo.
Dio una larga y profunda calada:
- Eres destructiva e imparable, ¿entiendes?
- ¿Entender qué?
- Pues que ahora eres más destructiva e imparable que nunca.
- Un brindis por eso.
martes, 1 de septiembre de 2015
A diario experimento una nueva escala de dolor muy por encima del gráfico.
Lentamente van haciendo mella en mí las horas, sin detenerse.
Cada una sobre la siguiente, entre imágenes delirantes de realidades alternativas
y la clara visión de la bruma en un sueño lejano.
Siempre bajo la dilapidante presencia de esa gran ausencia.
Me desgarra y me subo por las paredes, pero nunca alcanzo el techo.
Me hundo ridículamente en el suelo, mucho mas allá del asfalto.
Me desnuda el recuerdo, y la sensación de perder lo que nunca fue mío,
hasta que me cubro de vergüenza en llantos invisibles,
que tu nunca escucharás, y que no te pertenecen
porque nunca fueron tuyos.
sábado, 22 de agosto de 2015
viernes, 21 de agosto de 2015
Aprended, incultos:
La misantropía (del griego miso "yo odio" y anthropos "hombre, ser humano"), es una actitud social y psicológica caracterizada por la aversión general hacia el género humano. Su antónimo es la filantropía: amor al ente humano.
No implica necesariamente desagrado por personas concretas, sino animadversión por los rasgos compartidos por toda la humanidad.
Un misántropo es, por tanto, una persona que muestra antipatía por los seres humanos y la humanidad como entes.
Puede ser ligera o marcada, así como de características muy diferentes: desde lo inofensivo, (la crítica social), hasta la destrucción o la autodestrucción.
La misantropía (del griego miso "yo odio" y anthropos "hombre, ser humano"), es una actitud social y psicológica caracterizada por la aversión general hacia el género humano. Su antónimo es la filantropía: amor al ente humano.
No implica necesariamente desagrado por personas concretas, sino animadversión por los rasgos compartidos por toda la humanidad.
Un misántropo es, por tanto, una persona que muestra antipatía por los seres humanos y la humanidad como entes.
Puede ser ligera o marcada, así como de características muy diferentes: desde lo inofensivo, (la crítica social), hasta la destrucción o la autodestrucción.
martes, 18 de agosto de 2015
De acuerdo a la filosofía del francés Albert Camus, (el absurdismo, desarrollado en su obra "El mito de Sísifo"), los esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado dentro del universo acabarán fracasando finalmente debido a que no existe tal significado (al menos en relación al hombre), caracterizándose así por su escepticismo en torno a los principios de la existencia.
Ésta filosofía también postula que la vida es algo insignificante, que no tiene más valor que el que nosotros le creamos. De ésta forma puede entenderse la vida como un conjunto de repeticiones inútiles, vacías y carentes de sentido y significado, que se llevan a cabo más por costumbre, tradición e inercia, que por coherencia y lógica.
Hay quienes consideran el absurdismo un hipónimo del nihilismo.
Ésta filosofía también postula que la vida es algo insignificante, que no tiene más valor que el que nosotros le creamos. De ésta forma puede entenderse la vida como un conjunto de repeticiones inútiles, vacías y carentes de sentido y significado, que se llevan a cabo más por costumbre, tradición e inercia, que por coherencia y lógica.
Hay quienes consideran el absurdismo un hipónimo del nihilismo.
Aviso importante:
Si da la casualidad de que resulto ser uno
de los dos últimos seres humanos sobre la faz de la tierra,
y da la casualidad de que tú -que ahora me lees- eres el otro;
más te vale saber esconderte porque
no descansaré hasta matarte o que me mates.
La humanidad no debe continuar.
Nos vemos en el fin del mundo.
lunes, 17 de agosto de 2015
Os odio a todos, no os soporto.
Sois el producto lógico de vivir sin lógica.
Mentes atrofiadas por estándares prediseñados por otros -generalizo.
Lo hago porque pensaba que la masa era estúpida pero el individuo inteligente -mentira.
El individuo es más estúpido aún - descubro cada día que la ignorancia es vuestra mejor amiga.
Miraos: ni siquiera os soportáis a vosotros mismos, y la mitad ni es consciente de ello.
¡Adelante, comed...! Seguid tragándoos felizmente cada gramo de mierda que os venden.
Seguid creyéndoos la legitimidad de cada idea que os surge como si fuera vuestra, cada necesidad.
Seguid pensando que sois como sois por decisión propia, sin alcanzar a ver el producto consumista y demente que han hecho de vosotros, putos zombies descerebrados.
No os hacéis una idea de lo divertido y gratificante que resulta observaros en la distancia,
desde ésta gigantesca nube de misantropía en la que habito y que vosotros vais alimentando.
No me satisface nada de aquí.
Necesito algo, otra cosa, cualquier cosa;
pero que no sea de éste mundo.
Sois el producto lógico de vivir sin lógica.
Mentes atrofiadas por estándares prediseñados por otros -generalizo.
Lo hago porque pensaba que la masa era estúpida pero el individuo inteligente -mentira.
El individuo es más estúpido aún - descubro cada día que la ignorancia es vuestra mejor amiga.
Miraos: ni siquiera os soportáis a vosotros mismos, y la mitad ni es consciente de ello.
¡Adelante, comed...! Seguid tragándoos felizmente cada gramo de mierda que os venden.
Seguid creyéndoos la legitimidad de cada idea que os surge como si fuera vuestra, cada necesidad.
Seguid pensando que sois como sois por decisión propia, sin alcanzar a ver el producto consumista y demente que han hecho de vosotros, putos zombies descerebrados.
No os hacéis una idea de lo divertido y gratificante que resulta observaros en la distancia,
desde ésta gigantesca nube de misantropía en la que habito y que vosotros vais alimentando.
No me satisface nada de aquí.
Necesito algo, otra cosa, cualquier cosa;
pero que no sea de éste mundo.
domingo, 16 de agosto de 2015
viernes, 14 de agosto de 2015
A menudo tengo la clara sensación de que podría fácilmente salvaros a todos.
Como si se me hubiese concedido de forma innata ese poder, ese don:
Os veo navegando a la deriva, perdidos en mareas de incomprensión,
agotando vuestros últimos recursos en esfuerzos sobrehumanos y grandiosamente estúpidos.
Nadáis desesperadamente en la noche, buscando tierra a ciegas en la dirección equivocada.
Y siento como si os observase desde lo alto de un gigantesco faro apagado.
Me sería tan fácil como pulsar un botón para encenderlo y mostraros el camino.
Pero no lo haré; yo no voy a salvaros.
Prefiero observar cómo os vais hundiendo uno a uno y sufrís la lenta muerte que merecéis.
Escuchar vuestros agónicos gritos mientras me fumo un peta cargado con una buena cerveza,
poniendo banda sonora con mi ukelele a vuestro final.
Como si se me hubiese concedido de forma innata ese poder, ese don:
Os veo navegando a la deriva, perdidos en mareas de incomprensión,
agotando vuestros últimos recursos en esfuerzos sobrehumanos y grandiosamente estúpidos.
Nadáis desesperadamente en la noche, buscando tierra a ciegas en la dirección equivocada.
Y siento como si os observase desde lo alto de un gigantesco faro apagado.
Me sería tan fácil como pulsar un botón para encenderlo y mostraros el camino.
Pero no lo haré; yo no voy a salvaros.
Prefiero observar cómo os vais hundiendo uno a uno y sufrís la lenta muerte que merecéis.
Escuchar vuestros agónicos gritos mientras me fumo un peta cargado con una buena cerveza,
poniendo banda sonora con mi ukelele a vuestro final.
viernes, 7 de agosto de 2015
-Un brindis por los todos los villanos de todas las historias, que claramente merecían haber ganado y sentir el placer de aplastar con sus propias manos el cráneo del estúpido héroe que les haya chafado los planes por apestoso altruismo o por simple y vacía filantropía injustificada, y porque un día surja uno (por ejemplo yo misma) que consiga salirse con la suya y acabar por fin con ésta enferma humanidad que entre todos hemos construido y corrompido para saciar, de una vez por todas, la sed de venganza que nos consume a todos y que cada día pone un clavo más en nuestras tumbas.
-Chin-chin.
-Chin-chin.
miércoles, 5 de agosto de 2015
¿No las escuchas? Ya llegan, pronto estarán aquí; ¡ ratas..!
Esbirros implacables que danzan reclamando nuestras vidas
bajo el embrujo de la malévola melodía del flautista,
¡clama venganza! -y se la daremos-.
Dejaremos que el mundo arda bajo la embriagadora certeza del fin,
pero antes de que el cielo caiga sobre nosotros
y explote en el horizonte el último rayo del crepúsculo,
déjame follarte como un animal desbocado,
como nunca en tu puta vida te han follado.
El mundo puede acabarse después,
por mí como si revienta toda la galaxia.
Esbirros implacables que danzan reclamando nuestras vidas
bajo el embrujo de la malévola melodía del flautista,
¡clama venganza! -y se la daremos-.
Dejaremos que el mundo arda bajo la embriagadora certeza del fin,
pero antes de que el cielo caiga sobre nosotros
y explote en el horizonte el último rayo del crepúsculo,
déjame follarte como un animal desbocado,
como nunca en tu puta vida te han follado.
El mundo puede acabarse después,
por mí como si revienta toda la galaxia.
lunes, 3 de agosto de 2015
La fobia social o trastorno de ansiedad social es un trastorno psiquiátrico del espectro de los trastornos de ansiedad caracterizado por un miedo intenso en situaciones sociales que causa una considerable angustia y deterioro en la capacidad de funcionamiento en distintas áreas de la vida diaria. Se pone de manifiesto en varios tipos de situaciones, entre las que destacan:
- Hablar en público, como intervenir en clase o realizar una exposición (glosofobia).
- Reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse (fiestas, eventos etc).
- Encuentros inesperados con conocidos, familiares, amigos etc.
Si bien el miedo a la interacción social puede ser reconocido por la persona como excesivo o irracional, su superación resulta bastante difícil.
Los síntomas físicos que acompañan éste trastorno incluyen rubor, sudoración, temblores, palpitaciones, náuseas, tartamudez y a menudo todo ésto acompañado de un discurso acelerado.
Como curiosidad, un alto porcentaje de las personas que sufren éste trastorno suelen acompañarlo con otros como la bulimia o la anorexia, además de consumir habitualmente sustancias adictivas como alcohol o marihuana, en un intento de autocontrolar la ansiedad o sobrellevarla.
- Hablar en público, como intervenir en clase o realizar una exposición (glosofobia).
- Reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse (fiestas, eventos etc).
- Encuentros inesperados con conocidos, familiares, amigos etc.
Si bien el miedo a la interacción social puede ser reconocido por la persona como excesivo o irracional, su superación resulta bastante difícil.
Los síntomas físicos que acompañan éste trastorno incluyen rubor, sudoración, temblores, palpitaciones, náuseas, tartamudez y a menudo todo ésto acompañado de un discurso acelerado.
Como curiosidad, un alto porcentaje de las personas que sufren éste trastorno suelen acompañarlo con otros como la bulimia o la anorexia, además de consumir habitualmente sustancias adictivas como alcohol o marihuana, en un intento de autocontrolar la ansiedad o sobrellevarla.
jueves, 30 de julio de 2015
miércoles, 29 de julio de 2015
Despierto y tengo los labios agrietados, la piel tirante y una sensación como de tierra en los ojos.
Miro alrededor y empiezo a ver pequeños destellos de colores que nacen de mis retinas; mareo.
Intento levantarme y las rodillas me fallan, me voy al suelo, dos veces.
Llego hasta el lavabo arrastrándome por las paredes, es como si mi peso se duplicara por segundos.
Me miro en el espejo y veo profundas y oscuras ojeras dibujando la expresión de mi insomnio.
Veo desgaste, erosión y decadencia. Algo roto. Me lavo la cara pero nada borra eso.
No se cómo consigo llegar hasta el sofá y caigo desplomada.
Antes de que pueda comprobar la agenda del día, un sonido gutural inunda el salón; mi estómago.
De pronto una ola de lava fundida a miles de grados sube por mi esófago y me retuerce de dolor.
Me hago bola y permanezco inmóvil durante largos minutos, parezco morir.
Estoy deshidratada y descompuesta, soy esclava del hambre, merezco morir.
Abro los ojos y veo cómo mis extremidades se convulsionan, tratando de aferrarse entre sí con extrema tensión pero con escaso resultado. Me cuesta respirar; un frío artificial y sobrehumano me recorre la superficie de todo el cuerpo, poniéndome la piel de gallina y contrastando el ardor mortal que me corroe todo el sistema digestivo.
Y sólo llevo siete de los doce días que pretendía ayunar.
Si pudiese ponerme de pie iría hasta la cocina y me apuñalaría con el primer cuchillo que alcanzase.
Miro alrededor y empiezo a ver pequeños destellos de colores que nacen de mis retinas; mareo.
Intento levantarme y las rodillas me fallan, me voy al suelo, dos veces.
Llego hasta el lavabo arrastrándome por las paredes, es como si mi peso se duplicara por segundos.
Me miro en el espejo y veo profundas y oscuras ojeras dibujando la expresión de mi insomnio.
Veo desgaste, erosión y decadencia. Algo roto. Me lavo la cara pero nada borra eso.
No se cómo consigo llegar hasta el sofá y caigo desplomada.
Antes de que pueda comprobar la agenda del día, un sonido gutural inunda el salón; mi estómago.
De pronto una ola de lava fundida a miles de grados sube por mi esófago y me retuerce de dolor.
Me hago bola y permanezco inmóvil durante largos minutos, parezco morir.
Estoy deshidratada y descompuesta, soy esclava del hambre, merezco morir.
Abro los ojos y veo cómo mis extremidades se convulsionan, tratando de aferrarse entre sí con extrema tensión pero con escaso resultado. Me cuesta respirar; un frío artificial y sobrehumano me recorre la superficie de todo el cuerpo, poniéndome la piel de gallina y contrastando el ardor mortal que me corroe todo el sistema digestivo.
Y sólo llevo siete de los doce días que pretendía ayunar.
Si pudiese ponerme de pie iría hasta la cocina y me apuñalaría con el primer cuchillo que alcanzase.
martes, 28 de julio de 2015
Se descatectiza toda actividad del pensamiento.
El individuo no puede preservar puntos de referencia identificatorios.
Entonces el sujeto catectiza un discurso que piensa por él,
decide por él y quién es Yo; le impone sus ideales
y borra toda vivencia nombrable y perceptible de lo que está viviendo.
De ésta manera la alienación produce una idealización
de la fuerza alienante.
La alienación es el límite extremo que puede alcanzar el Yo
en la realización de su deseo de no sufrimiento.
Culmina en muerte del pensamiento propio.
viernes, 24 de julio de 2015
"Ya está, he cumplido mi parte. Quiero morir y que muráis conmigo. [...] Ahora, antes de volarme los sesos, me gustaría señalar que la cuestión central de éste texto no es la biología, la raza, o la tecnología, sino que es el nihilismo. En última instancia, esto es un experimento sobre el nihilismo. Cada palabra, cada pensamiento y cada emoción vuelve al problema central: la vida no tiene sentido".
Extracto de la larga carta de suicidio de
Mitchell Heisman
Extracto de la larga carta de suicidio de
Mitchell Heisman
Durkheim comienza su estudio con una definición de suicidio:
"Todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y que, según ella sabía, debía producir ese resultado."
Ejemplo de un acto positivo: dispararse en la cabeza.
Ejemplo de un acto negativo: rehusar a ingerir cualquier medicina necesaria y dejarse morir.
Él distingue tres clases de suicidio:
1. Suicidio egoísta, típico de sociedades donde el individuo carece de integración social.
2. Suicidio anómico, (anomia es para Durkheim lo que para otros autores, a partir de Hegel, es alienación), característico de falta de regulación social, existe una falta de normatividad en tanto que las normas sociales no son interiorizadas como propias por parte del individuo.
3. Suicidio altruista, característico de sociedades con alto grado de integración social, el individuo se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella, un claro ejemplo son los kamikazes. Esta relación es patológica porque la persona pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer su vida por algún ideal, el individuo sacrifica su vida en honor a quien él cree que se beneficiará de ello.
Freud aporta la hipótesis psicoanalítica de que el suicidio manifiesta una agresividad dirigida originalmente contra otra persona, que al no poder ser descargada se dirige hacia el propio individuo, es decir, secundariamente, contra sí mismo.
En ésta perspectiva psicodinámica podemos distinguir con H.Hendin:
- El suicidio como una actitud de represalia o de revancha tras un abandono.
- El suicidio como asesinato reflejo como expresión de la lucha interna contra el deseo de matar.
- El suicidio en el que la muerte se convierte en una reunión con la persona amada muerta.
- El suicidio en el que la muerte es un renacer que borra los fracasos.
- El suicidio en el que la muerte es un castigo, mecanismo frecuente en el melancólico y el delirante.
- El suicidio en el que el individuo se creía estar ya muerto, frecuente en la melancolía y en el Síndrome de Cotard.
"Todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y que, según ella sabía, debía producir ese resultado."
Ejemplo de un acto positivo: dispararse en la cabeza.
Ejemplo de un acto negativo: rehusar a ingerir cualquier medicina necesaria y dejarse morir.
Él distingue tres clases de suicidio:
1. Suicidio egoísta, típico de sociedades donde el individuo carece de integración social.
2. Suicidio anómico, (anomia es para Durkheim lo que para otros autores, a partir de Hegel, es alienación), característico de falta de regulación social, existe una falta de normatividad en tanto que las normas sociales no son interiorizadas como propias por parte del individuo.
3. Suicidio altruista, característico de sociedades con alto grado de integración social, el individuo se suicida por su sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella, un claro ejemplo son los kamikazes. Esta relación es patológica porque la persona pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer su vida por algún ideal, el individuo sacrifica su vida en honor a quien él cree que se beneficiará de ello.
Freud aporta la hipótesis psicoanalítica de que el suicidio manifiesta una agresividad dirigida originalmente contra otra persona, que al no poder ser descargada se dirige hacia el propio individuo, es decir, secundariamente, contra sí mismo.
En ésta perspectiva psicodinámica podemos distinguir con H.Hendin:
- El suicidio como una actitud de represalia o de revancha tras un abandono.
- El suicidio como asesinato reflejo como expresión de la lucha interna contra el deseo de matar.
- El suicidio en el que la muerte se convierte en una reunión con la persona amada muerta.
- El suicidio en el que la muerte es un renacer que borra los fracasos.
- El suicidio en el que la muerte es un castigo, mecanismo frecuente en el melancólico y el delirante.
- El suicidio en el que el individuo se creía estar ya muerto, frecuente en la melancolía y en el Síndrome de Cotard.
sábado, 18 de julio de 2015
- ¿Nunca te maquillas?
- Casi nunca, y menos si estoy currando.
- Pues deberías pintarte siempre, seguro que te queda bien.
- ¿Debería? Claro, o sea, que además de concentrarme en hacer bien mi trabajo tengo que estar pendiente de estar guapa mientras, ¿no? Pues no me sale del coño. Prefiero poner el 100% de mi atención en lo que estoy haciendo, y no en si parezco un trol o una princesa mientras lo hago.
Soy tatuadora joder, no modelo. Mi trabajo no es estar guapa, es dibujar bien.
Nadie le pide a un jodido albañil que vaya bien vestido mientras construye casas.
- Ya...visto así...
- Casi nunca, y menos si estoy currando.
- Pues deberías pintarte siempre, seguro que te queda bien.
- ¿Debería? Claro, o sea, que además de concentrarme en hacer bien mi trabajo tengo que estar pendiente de estar guapa mientras, ¿no? Pues no me sale del coño. Prefiero poner el 100% de mi atención en lo que estoy haciendo, y no en si parezco un trol o una princesa mientras lo hago.
Soy tatuadora joder, no modelo. Mi trabajo no es estar guapa, es dibujar bien.
Nadie le pide a un jodido albañil que vaya bien vestido mientras construye casas.
- Ya...visto así...
miércoles, 15 de julio de 2015
Vuelve a resurgir ese sentimiento nefasto que a veces me visita durante largos días; caigo de nuevo en ese estado catatónico con el que mi mente se regodea en la clara visión de mi muerte.
Nunca pienso en mi funeral, no me gustaría tener uno: he presenciado más que bodas o bautizos.
No se cuándo empecé a pensar que aquello de los funerales es cosa de los vivos, para ellos, y de alguna manera la idea de dejar mi cadáver oculto en el fondo de algún precipicio o siendo vapuleado por las corrientes marinas me otorga mucha más paz que imaginar un grupo de personas embutidas juntas frente a un ataúd, como soldados en una trinchera. Personas que nunca me conocieron de verdad ni me entendieron, a las que yo no conozco ni comprendo. Gente que no quiere estar ahí, ni yo quiero que estén...¡y en una iglesia, nada menos! Sospecho que no hay forma de morirse hoy en día sin pasar por uno de éstos templos erigidos a la ignorancia y a la irónica celebración del control de las masas, ¡montañas de venenoso estiércol con un pésimo disfraz de cordero...! Hasta la muerte nos tienen que arrebatar...¡malditos! yo os maldigo a todos aquí y ahora.
Quisiera pintar de fuego las paredes de cada templo, de punta a punta de la circunferencia de nuestro planeta; desintegrar cada grupo de humanos lo suficientemente grande como para ser considerado "masa" y dar un instrumento musical a cada individuo que quede vivo.
Nunca pienso en mi funeral, no me gustaría tener uno: he presenciado más que bodas o bautizos.
No se cuándo empecé a pensar que aquello de los funerales es cosa de los vivos, para ellos, y de alguna manera la idea de dejar mi cadáver oculto en el fondo de algún precipicio o siendo vapuleado por las corrientes marinas me otorga mucha más paz que imaginar un grupo de personas embutidas juntas frente a un ataúd, como soldados en una trinchera. Personas que nunca me conocieron de verdad ni me entendieron, a las que yo no conozco ni comprendo. Gente que no quiere estar ahí, ni yo quiero que estén...¡y en una iglesia, nada menos! Sospecho que no hay forma de morirse hoy en día sin pasar por uno de éstos templos erigidos a la ignorancia y a la irónica celebración del control de las masas, ¡montañas de venenoso estiércol con un pésimo disfraz de cordero...! Hasta la muerte nos tienen que arrebatar...¡malditos! yo os maldigo a todos aquí y ahora.
Quisiera pintar de fuego las paredes de cada templo, de punta a punta de la circunferencia de nuestro planeta; desintegrar cada grupo de humanos lo suficientemente grande como para ser considerado "masa" y dar un instrumento musical a cada individuo que quede vivo.
viernes, 10 de julio de 2015
miércoles, 8 de julio de 2015
Es media noche. Antes del alba darán conmigo y me encerrarán en una celda negra, donde languideceré interminablemente, mientras insaciables deseos roen mis entrañas y consumen mi corazón, hasta ser al fin uno con los muertos que amo.
Mi asiento es la fétida fosa de una vetusta tumba; mi pupitre, el envés de una lápida caída y desgastada por los siglos implacables; mi única luz es la de las estrellas y la de una angosta media luna, aunque puedo ver tan claramente como si fuera mediodía.
A mi alrededor, como sepulcrales centinelas guardando descuidadas tumbas, las inclinadas y decrépitas lápidas yacen ocultas por masas de nauseabunda maleza en descomposición.
Y sobre todo, perfilándose contra el enfurecido cielo, un solemne monumento alza su austero chapitel ahusado, semejando el espectral caudillo de una horda fantasmal.
El aire está enrarecido por el nocivo olor de los hongos y el hedor de la húmeda tierra mohosa, pero para mí es el aroma del Elíseo.
Todo es quietud -terrorífica quietud- con un silencio cuya intensidad promete lo solemne y lo espantoso. De haber podido elegir mi morada, lo hubiera hecho en alguna ciudad de carne en descomposición y huesos que se deshacen, pues su proximidad brinda a mi alma escalofríos de éxtasis, acelerando la estancada sangre en mis venas y forzando a latir mi lánguido corazón con júbilo delirante...¡porque la presencia de la muerte es vida para mí!
Mi temprana infancia fue de una larga, prosaica y monótona apatía.
Sumamente ascético, descolorido, pálido, enclenque y sujeto a prolongados raptos de mórbido ensimismamiento, fui relegado por los muchachos saludables y normales de mi propia edad.
Me tildaban de aguafiestas y "vieja", porque no me interesaban los rudos juegos infantiles que ellos practicaban, o porque no poseía el suficiente vigor para participar en ellos, de haberlo deseado.
Mi asiento es la fétida fosa de una vetusta tumba; mi pupitre, el envés de una lápida caída y desgastada por los siglos implacables; mi única luz es la de las estrellas y la de una angosta media luna, aunque puedo ver tan claramente como si fuera mediodía.
A mi alrededor, como sepulcrales centinelas guardando descuidadas tumbas, las inclinadas y decrépitas lápidas yacen ocultas por masas de nauseabunda maleza en descomposición.
Y sobre todo, perfilándose contra el enfurecido cielo, un solemne monumento alza su austero chapitel ahusado, semejando el espectral caudillo de una horda fantasmal.
El aire está enrarecido por el nocivo olor de los hongos y el hedor de la húmeda tierra mohosa, pero para mí es el aroma del Elíseo.
Todo es quietud -terrorífica quietud- con un silencio cuya intensidad promete lo solemne y lo espantoso. De haber podido elegir mi morada, lo hubiera hecho en alguna ciudad de carne en descomposición y huesos que se deshacen, pues su proximidad brinda a mi alma escalofríos de éxtasis, acelerando la estancada sangre en mis venas y forzando a latir mi lánguido corazón con júbilo delirante...¡porque la presencia de la muerte es vida para mí!
Mi temprana infancia fue de una larga, prosaica y monótona apatía.
Sumamente ascético, descolorido, pálido, enclenque y sujeto a prolongados raptos de mórbido ensimismamiento, fui relegado por los muchachos saludables y normales de mi propia edad.
Me tildaban de aguafiestas y "vieja", porque no me interesaban los rudos juegos infantiles que ellos practicaban, o porque no poseía el suficiente vigor para participar en ellos, de haberlo deseado.
Extracto de
Los amados muertos
por H.P. Lovecraft
martes, 7 de julio de 2015
¡Pequeña vigilia de embriaguez, santa, aunque sólo fuera por la máscara con la que nos gratificaste!
¡Te afirmamos, método! No hemos olvidado que ayer glorificabas cada una de nuestras edades.
Tenemos fe en el veneno. Sabemos dar nuestra vida entera todos los días.
Éste es el tiempo de los asesinos.
Iluminaciones
Arthur Rimbaud
Monja - A ver si lo he entendido bien, ¿no cree en dios por culpa de "Alicia en el país de las maravillas"?
Loki - No... por "A través del espejo", y la poesía "La morsa y el carpintero"; ¡Una crítica a las religiones organizadas! La morsa, con su gordura y su buen humor representa obviamente a Buddha y sus colmillos a Danesha, la diosa elefante de los hindúes, ésto en cuanto a las religiones orientales, respecto al carpintero, hace referencia a Jesucristo, hijo de un carpintero, él representa las religiones occidentales. Y en la poesía, ¿qué encontramos? ¿qué hacen? Engañan a un montón de ostras para que los sigan y después las abren sin miramientos y devoran a las pobres criaturas.
No se lo que eso le dice a usted pero, para mí significa que siguiendo esas religiones basadas en seres mitológicos se asegura la destrucción del "yo interior".
Las religiones organizadas destruyen nuestra identidad al inhibir nuestras acciones, nuestras decisiones, por miedo a la figura paterna intangible que nos señala con el dedo desde hace miles de años y nos dice "¡hazlo! ¡hazlo y te daré una buena zurra!"
Monja- La verdad es que... nunca me lo había planteado de ese modo...¿qué he... estado haciendo con mi vida...? ¿qué soy yo...?
Loki- Si, lo entiendo. Mire, le daré un consejo: coja ese dinero que ha estado recaudando para su parroquia, y cómprese un buen vestido. ¡Arréglese un poco! Busque a un hombre, o a una mujer con quien conectar aunque sólo sea por un momento, en eso consiste la vida hermana, en una serie de momentos. ¿Por qué no coge el suyo?
Monja- Sí, lo haré. (se marcha)
Loki- Buena chica. Ánimo...jajajaj
Bartleby- Hay algo en tí que no acabo de entender: sabes a ciencia cierta que existe un dios, has estado en su presencia, él te ha hablado personalmente, y acabas de decir que eres ateo.
Loki- Me gusta meterme con el clero tío. ¡Me encanta! Me encanta hacerles pensar un poco. En cambio lo que yo no entiendo de tí es por qué sientes la necesidad de venir siempre a éste lugar.
Bartleby- Oh amigo... porque ésto es humanidad en todo su esplendor. Míralos: todo ese odio, todo ese rencor, toda esa desconfianza, esa infelicidad olvidada durante un momento perfecto, cuando bajan del avión. ¿Ves a aquellos dos? Lo que no sabe el tipo es que la chica le engañó mientras estuvo fuera.
Loki- ¿De verdad?
Bartleby- Dos veces.
Loki - No... por "A través del espejo", y la poesía "La morsa y el carpintero"; ¡Una crítica a las religiones organizadas! La morsa, con su gordura y su buen humor representa obviamente a Buddha y sus colmillos a Danesha, la diosa elefante de los hindúes, ésto en cuanto a las religiones orientales, respecto al carpintero, hace referencia a Jesucristo, hijo de un carpintero, él representa las religiones occidentales. Y en la poesía, ¿qué encontramos? ¿qué hacen? Engañan a un montón de ostras para que los sigan y después las abren sin miramientos y devoran a las pobres criaturas.
No se lo que eso le dice a usted pero, para mí significa que siguiendo esas religiones basadas en seres mitológicos se asegura la destrucción del "yo interior".
Las religiones organizadas destruyen nuestra identidad al inhibir nuestras acciones, nuestras decisiones, por miedo a la figura paterna intangible que nos señala con el dedo desde hace miles de años y nos dice "¡hazlo! ¡hazlo y te daré una buena zurra!"
Monja- La verdad es que... nunca me lo había planteado de ese modo...¿qué he... estado haciendo con mi vida...? ¿qué soy yo...?
Loki- Si, lo entiendo. Mire, le daré un consejo: coja ese dinero que ha estado recaudando para su parroquia, y cómprese un buen vestido. ¡Arréglese un poco! Busque a un hombre, o a una mujer con quien conectar aunque sólo sea por un momento, en eso consiste la vida hermana, en una serie de momentos. ¿Por qué no coge el suyo?
Monja- Sí, lo haré. (se marcha)
Loki- Buena chica. Ánimo...jajajaj
Bartleby- Hay algo en tí que no acabo de entender: sabes a ciencia cierta que existe un dios, has estado en su presencia, él te ha hablado personalmente, y acabas de decir que eres ateo.
Loki- Me gusta meterme con el clero tío. ¡Me encanta! Me encanta hacerles pensar un poco. En cambio lo que yo no entiendo de tí es por qué sientes la necesidad de venir siempre a éste lugar.
Bartleby- Oh amigo... porque ésto es humanidad en todo su esplendor. Míralos: todo ese odio, todo ese rencor, toda esa desconfianza, esa infelicidad olvidada durante un momento perfecto, cuando bajan del avión. ¿Ves a aquellos dos? Lo que no sabe el tipo es que la chica le engañó mientras estuvo fuera.
Loki- ¿De verdad?
Bartleby- Dos veces.
Dogma
lunes, 6 de julio de 2015
viernes, 3 de julio de 2015
jueves, 2 de julio de 2015
Bien, son las 5:15 am, hora de empezar.
Mis músculos se contraen, una vez más mi puto sudor salvará el día.
No importa que tan duro sea, -el show debe continuar-
Estoy de pie en el umbral de los sueños;
sin mí no habría sonido en esos amplificadores,
sin mí no habría luces en el jodido escenario.
Y cuando todo termine los escucharás aplaudir.
Pero ellos
no me aplauden a mi.
Mis músculos se contraen, una vez más mi puto sudor salvará el día.
No importa que tan duro sea, -el show debe continuar-
Estoy de pie en el umbral de los sueños;
sin mí no habría sonido en esos amplificadores,
sin mí no habría luces en el jodido escenario.
Y cuando todo termine los escucharás aplaudir.
Pero ellos
no me aplauden a mi.
miércoles, 1 de julio de 2015
martes, 30 de junio de 2015
lunes, 29 de junio de 2015
El ritmo es el pulso de la música.
Son los latidos de cada canción.
Es lo que hace que esté viva.
Son los latidos de cada canción.
Es lo que hace que esté viva.
¿Y por qué me suena tan mal el puto ukelele....?
¡Si yo le pongo todo mi empeño y mi alma..!
Mierda qué inútil soy.
Jack debe ser culpa tuya,
fijo que hoy estás mal afinado.
-El afinador está sin pilas-
¡Maldita sea, Jack!
¡Maldita mierda..!
¡Es que no lo entiendes..!
¡Me estoy volviendo loca..!
No os dais cuenta de lo vacíos que estáis hasta que llega una energúmena como yo soltando blasfemias, y es entonces cuando en vez de abrir los párpados, os agacháis aún más y os arrodilláis por el suelo buscando sucias piedras con las que construírme un altar putrefacto, -para vosotros reluciente- ¡a mí, precisamente...! Prueba inequívoca de que tenéis una profunda rotura mental.
Dejadme en paz, yo no voy a salvaros. No lo haría ni aunque me fuese tan fácil como pulsar una tecla.
De mí se puede esperar -como mucho- que observe y sonría mientras os coméis vuestra mierda y ponéis cara de que os sabe bien. ¡No es para mí! ¡disfrutad, piara!
Dejadme en paz, yo no voy a salvaros. No lo haría ni aunque me fuese tan fácil como pulsar una tecla.
De mí se puede esperar -como mucho- que observe y sonría mientras os coméis vuestra mierda y ponéis cara de que os sabe bien. ¡No es para mí! ¡disfrutad, piara!
domingo, 28 de junio de 2015
Ah! aquella vida de mi infancia, la gran ruta a través de los tiempos, sobrenaturalmente sobrio, más desinteresado que el mejor de los mendigos, orgulloso de no tener ni país ni amigos, qué estupidez más grande. -¡Y sólo ahora me doy cuenta!
_Tuve razón al despreciar a esos hombres simplones que no perderían la ocasión de una caricia, parásitos de la limpieza y de la salud de nuestras mujeres, hoy en día que ellas coinciden tan poco con nosotros.
Tuve razón en todos mis desdenes: ¡y es obvio al ver que me evado!
¡Me evado!
Me explico.
Ayer todavía suspiraba: "¡Cielos! ¡Somos demasiados condenados aquí abajo! ¡Ya he estado tanto tiempo en esta tropa! Los conozco a todos. Nos reconocemos siempre; y nos damos asco. La caridad nos es desconocida. Pero somos corteses; nuestras relaciones con el mundo son en extremo adecuadas." ¿Acaso ésto es para sorprenderse? ¡El mundo! ¡Los comerciantes, los ingenuos! -No estamos deshonrados- ¿Pero cómo nos recibirán los elegidos? Ahora bien, hay gente hosca y alegre, falsos elegidos, puesto que nos falta audacia y humildad para abordarlos. Esos son los únicos elegidos. ¡Aunque no están aquí para andar bendiciendo!
Extracto de
Una temporada en el infierno
por Arthur Rimbaud
_Tuve razón al despreciar a esos hombres simplones que no perderían la ocasión de una caricia, parásitos de la limpieza y de la salud de nuestras mujeres, hoy en día que ellas coinciden tan poco con nosotros.
Tuve razón en todos mis desdenes: ¡y es obvio al ver que me evado!
¡Me evado!
Me explico.
Ayer todavía suspiraba: "¡Cielos! ¡Somos demasiados condenados aquí abajo! ¡Ya he estado tanto tiempo en esta tropa! Los conozco a todos. Nos reconocemos siempre; y nos damos asco. La caridad nos es desconocida. Pero somos corteses; nuestras relaciones con el mundo son en extremo adecuadas." ¿Acaso ésto es para sorprenderse? ¡El mundo! ¡Los comerciantes, los ingenuos! -No estamos deshonrados- ¿Pero cómo nos recibirán los elegidos? Ahora bien, hay gente hosca y alegre, falsos elegidos, puesto que nos falta audacia y humildad para abordarlos. Esos son los únicos elegidos. ¡Aunque no están aquí para andar bendiciendo!
Extracto de
Una temporada en el infierno
por Arthur Rimbaud
viernes, 26 de junio de 2015
No es verdad, no eres tú, tú solo eres una puta mentira.
Cada vez que te has sentido mínimamente deseable, has bajado la guardia.
Y cada vez la puñalada que viene después es más certera, mas profunda, mas mortal.
No puedes permitirte tener ni un miligramo de autoestima en tu organismo, te hace débil.
He entendido que el amor propio es mi propia criptonita.
Es cuando sólo siento odio y repugnancia hacia mi persona que soy indestructible.
Porque nadie puede hacerme más daño que yo misma; nada de lo que hagan, o digan, o piensen
puede ser mas nocivo o dañino de lo que yo me hago, me digo, y me pienso.
No importa cuánto se me conozca a mí o a mi pasado, ni cuánta imaginación para el mal se posea.
Es como un súper-poder, uno reservado sólo a los súper-villanos.
Nada, absolutamente nada, se acerca ni de lejos al nivel destructivo que alcanzo yo para conmigo,
y eso me hace inmune a los demás.
Cada vez que te has sentido mínimamente deseable, has bajado la guardia.
Y cada vez la puñalada que viene después es más certera, mas profunda, mas mortal.
No puedes permitirte tener ni un miligramo de autoestima en tu organismo, te hace débil.
He entendido que el amor propio es mi propia criptonita.
Es cuando sólo siento odio y repugnancia hacia mi persona que soy indestructible.
Porque nadie puede hacerme más daño que yo misma; nada de lo que hagan, o digan, o piensen
puede ser mas nocivo o dañino de lo que yo me hago, me digo, y me pienso.
No importa cuánto se me conozca a mí o a mi pasado, ni cuánta imaginación para el mal se posea.
Es como un súper-poder, uno reservado sólo a los súper-villanos.
Nada, absolutamente nada, se acerca ni de lejos al nivel destructivo que alcanzo yo para conmigo,
y eso me hace inmune a los demás.
miércoles, 24 de junio de 2015
lunes, 22 de junio de 2015
domingo, 21 de junio de 2015
"En las rutas, durante las noches de invierno, sin techo, sin ropas, sin pan, una voz me estrujaba el corazón helado: "Flaqueza o fuerza: ya está, es la fuerza. Tú no sabes a dónde vas, ni por qué vas, entra en todas partes, responde a todo. No han de matarte más que si ya fueras un cadáver."
A la mañana, tenía la mirada tan perdida y tan muerto el semblante que los que se encontraban conmigo acaso no me vieron.
En las ciudades, el barro se me aparecía de pronto rojo y negro, como un espejo cuando la lámpara circula en la pieza vecina, ¡como un tesoro en la selva! Buena suerte, gritaba yo, y veía en el cielo un mar de humo y de llamas; y a la derecha, y a la izquierda, todas las riquezas ardían como un millar de rayos.
Pero la orgía y la camaradería de las mujeres me estaban prohibidas. Ni siquiera un compañero. Yo me veía ante una muchedumbre exasperada, frente al pelotón de ejecución, llorando la desgracia de que no hubieran podido comprender, ¡y perdonando!¡como Juana de Arco! "sacerdotes, profesores, maestros, os equivocáis al entregarme a la justicia. Jamás he pertenecido a éste pueblo, yo no he sido jamás cristiano; yo soy de la raza que cantaba en el suplicio; no comprendo las leyes; no tengo sentido moral, soy una bestia: os estáis equivocando..."
Sí, tengo los ojos cerrados a vuestra luz. Yo soy un animal, un negro. Pero yo puedo ser salvado. Vosotros sois falsos negros, vosotros maniáticos, feroces, avaros. Mercader; tú eres negro; magistrado, tú eres negro; general, tú eres negro; emperador, vieja comezón, tú eres negro: tú has bebido licor no tasado, de la fábrica de Satán. Éste pueblo está inspirado por la fiebre y el cáncer. Inválidos y viejos son tan respetables, que merecen ser hervidos. Lo más discreto es abandonar éste continente, donde ronda la locura para proveer de rehenes a esos miserables. Entro en el verdadero reino de los hijos de Cam.
¿Conozco al menos la naturaleza? ¿me conozco? Basta de palabras.
Sepulto a los muertos en mi vientre. ¡Gritos, tambor, danza, danza, danza, danza!
Ni siquiera se me ocurre que a la hora en que los blancos desembarquen, yo caeré en la nada.
¡Hambre, sed, gritos, danza, danza, danza, danza...!"
Extracto de
Una temporada en el infierno
por Arthur Rimbaud
A la mañana, tenía la mirada tan perdida y tan muerto el semblante que los que se encontraban conmigo acaso no me vieron.
En las ciudades, el barro se me aparecía de pronto rojo y negro, como un espejo cuando la lámpara circula en la pieza vecina, ¡como un tesoro en la selva! Buena suerte, gritaba yo, y veía en el cielo un mar de humo y de llamas; y a la derecha, y a la izquierda, todas las riquezas ardían como un millar de rayos.
Pero la orgía y la camaradería de las mujeres me estaban prohibidas. Ni siquiera un compañero. Yo me veía ante una muchedumbre exasperada, frente al pelotón de ejecución, llorando la desgracia de que no hubieran podido comprender, ¡y perdonando!¡como Juana de Arco! "sacerdotes, profesores, maestros, os equivocáis al entregarme a la justicia. Jamás he pertenecido a éste pueblo, yo no he sido jamás cristiano; yo soy de la raza que cantaba en el suplicio; no comprendo las leyes; no tengo sentido moral, soy una bestia: os estáis equivocando..."
Sí, tengo los ojos cerrados a vuestra luz. Yo soy un animal, un negro. Pero yo puedo ser salvado. Vosotros sois falsos negros, vosotros maniáticos, feroces, avaros. Mercader; tú eres negro; magistrado, tú eres negro; general, tú eres negro; emperador, vieja comezón, tú eres negro: tú has bebido licor no tasado, de la fábrica de Satán. Éste pueblo está inspirado por la fiebre y el cáncer. Inválidos y viejos son tan respetables, que merecen ser hervidos. Lo más discreto es abandonar éste continente, donde ronda la locura para proveer de rehenes a esos miserables. Entro en el verdadero reino de los hijos de Cam.
¿Conozco al menos la naturaleza? ¿me conozco? Basta de palabras.
Sepulto a los muertos en mi vientre. ¡Gritos, tambor, danza, danza, danza, danza!
Ni siquiera se me ocurre que a la hora en que los blancos desembarquen, yo caeré en la nada.
¡Hambre, sed, gritos, danza, danza, danza, danza...!"
Extracto de
Una temporada en el infierno
por Arthur Rimbaud
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