Llegas más de media hora tarde

a la cita para ver los diseños. 

Diseños que me han llevado días hacer. 

-Te flipan, tiramos para adelante.- 

Te pido que por favor, 

no me hagas lo mismo 

y seas puntual el día del tatu. 

Luego me entero 

de que has sacado fotos a escondidas

y sin permiso de los malditos diseños.

Que son mi propiedad intelectual. 

Que ni siquiera estaban firmados. 

Ni terminados. 

Ni publicados. 

Y no se qué has hecho con eso

ni hasta donde ha podido correr. 

Me entero porque eres TONTO

y tú mismo me las pasas

(las fotos) 

para pedirme correcciones

de-esas-de-última-hora. 

Me has faltado al 

respeto 2 veces. 

Llega el día del tatu 

y tú llegas 2 horas tarde. 

Ya van 3.

Pero como encima tienes los diseños

ni siquiera puedo mandarte a la mierda

a menos que asuma que los vas a coger

y se los vas a llevar a cualquier tatuador

que será un puto novato de mierda

que violará mi jodido diseño 

por dos duros mal pagados

y me lo tendré que comer con patatas

viéndolo pulular por las putas redes

como no sería la primera vez que me pasa. 

- porque soy TONTA. 

Y nunca lo suficientemente 

cuidadosa. 

Por más que lo sea. 

Y el ser humano es una causa perdida. 

Así que si, claro que te daré 

otra maldita cita

otro día que te venga bien, 

no por ti, ni por mi, 

ni por el puto dinero 

que te puedes meter 

por tu estúpido culo. 

Lo hago porque, 

a diferencia de ti, 

yo si respeto

mi puto trabajo. 

Y mi tiempo. 

Subnormal.